¿Qué tienen en común un taxista y una profesora estadounidense? Ambos fueron brutalmente asesinados, pero hasta el día de hoy nadie sabe quién los mató.
Según cifras del Ministerio Público, en 2017 se cerraron 18.146 causas de homicidio, tanto consumados como frustrados. De ellos, casi un 51,9% tuvo condenas, en un 9% hubo absoluciones y en un 20%, la Fiscalía archivó la causa o decidió no perseverar.
En los últimos años el número de homicidios en Chile ha aumentado, pasando de las 1.320 causas en 2012 a los 1.641 en 2016. Pese a ello, nuestro país tiene la segunda tasa más baja de este tipo de delitos en todo América, sólo después de Canadá.
Casos emblemáticos en Chile
El conductor de un radiotaxi, Héctor Guerrero, fue encontrado muerto en 1995 al interior de su automóvil que estaba sumergido en el canal San Carlos, tras cumplir quince días desaparecido. Tres balas en su cráneo y un corte en su mano daban cuenta de su homicidio.
En un principio se habló de problemas económicos y presuntos vínculos con narcotraficantes. Sin embargo, lo cierto en este caso es que el asesino nunca fue encontrado.
Por otra parte, la profesora estadounidense, Erica Hagan, quien llegó a Chile para hacer un intercambio en Temuco, fue asesinada en su departamento en 2014.
La profesional de 22 años, que llegó al país para hacer clases de inglés y religión en el Colegio Bautista de Temuco, fue encontrada en septiembre boca abajo en la tina de su departamento y con varios golpes en su cabeza.
El asesino quiso ocultar su rastro, quemando ropas, frazadas, sabanas y el teléfono de la víctima. Al matarla, llevó el cuerpo a la tina, dejando escurrir agua caliente. Tras los peritajes, se detuvo al rondín del colegio donde trabajaba la joven, Domingo Cofré.
El caso no estuvo exento de polémicas, ya que en la investigación se perdió el reloj de la víctima y se denunció la contaminación de algunas evidencias recabadas. Finalmente, la justicia dejó absuelto a Cofré.
En los últimos cinco años casi se han duplicado los "imputados desconocidos", es decir, asesinos sin identidad. Asimismo, también ha caído el número de condenas por estos delitos, pasando de 1.301 en 2012 a 1.111 en 2016.