Cifras del Ministerio de Salud (Minsal) dan cuenta que más de 40 mil personas son mordidas al año por perros callejeros.
“El año pasado hubo sobre 40 mil mordeduras. Lo que pasa es que en general son bastante más que esas, pero cuando ocurre el caso de rabia la gente se preocupa”, explica Carlos Pavletic, de la oficina de Zoonosis del Minsal.
El experto agrega que “en los últimos cuatros años nosotros tuvimos que poner más de 350 mil dosis de vacunas, eso significa sobre 3 mil millones de pesos”.
Muchos de los perros abandonados son alimentados por vecinos en las calles, lo que es un error para el decano de la Facultad de Medicina Veterinaria de la Universidad de Chile, Santiago Urcelay.
“Es un error de solidaridad porque alimentar al perro en la calle significa que vamos a tenerlo ahí permanentemente. Hay que buscar los mecanismos de que la gente apretándose un poco el corazón no le de alimento a los perros en la calle, el perro debe comer en su casa”, sostiene el académico.
Opinión que no comparte la coordinadora de la Fundación Stuka, Fernanda Solari, quien afirma que “habiendo nicho ecológico obviamente van haber perritos en las calles, pero tampoco estamos de acuerdo con que se dejen de alimentar así definitivamente, porque la verdad que un perro con hambre es muy peligroso también”.
¿CUÁL ES LA SOLUCIÓN?
Para el Gobierno parte de la solución se encuentra en la ley de tenencia responsable de mascotas, la que contemplará la implantación de un chip en perros y gatos, esto se sumaría a un plan de esterilización en todo el país.
“La solución es la esterilización, que si bien el Gobierno está tomando medidas, pero aún el número es muy bajo todavía y por otro lado es la educación”, advierte la coordinadora de la Fundación Stuka.
Para el decano de Veterinaria de la U. de Chile la solución pasa por “juntar a todos los interesados y hacer políticas públicas al respecto. Esto no se soluciona sólo con una ley, se soluciona con voluntades”, Urcelay.
El SAG y las otras instituciones discuten las formas de resolver un problema que está en las calles originado por el abandono de los animales.