Un viaje en búsqueda de alivio y sanación es el que realiza el pequeño Agustín con su madre a Avène, en el sur de Francia, y todo por la grave dermatitis atópica que sufre.
Debido a esta enfermedad, Agustín debe tomar remedios siete veces al día, usar diversas cremas para limpiar y cicatrizar sus heridas, además de dormir con mitones y evitar ir al jardín para no hacerse daño.
Las aguas termales del pequeño pueblo francés son parte de sus esperanzas para poder conseguir una vida normal.