El sacerdote Gerard Ouisse fue amenazado de muerte y ante esto la PDI optó por tomar medidas pese a que el religioso se negara a recibir resguardo policial.
El prefecto Iván Villanueva dijo que "nos encontramos dando algunas medidas de protección al párroco, como vigilancia indirecta y comunicación con él, aunque no queremos invadir su entorno".
Ouisse, de 78 años, se convirtió en un personaje incómodo para algunos grupos delictuales por denunciar que en la población hay balaceras y narcotráfico.
Por su parte, la comunidad de San Cayetano también está preocupada por la situación del religioso y algunos de sus residentes defendieron su posición frente a la delincuencia.