Son grupos organizados que operan con cerca de 20 personas promedio en al menos cuatro botes, los que se dividen las tareas para lograr abordar las embarcaciones y robarles los recursos marinos.
Así operan los llamados "Gatos de mar", piratas chilenos dedicados a robar la pesca de grandes embarcaciones, preocupando a los empresarios de la zona.
Aunque no es una practica desconocida en las costas del Biobío, un registro en Coronel dejó de manifiesto la forma de actuar de estas bandas que pueden llegar a llevarse hasta dos tonelas por incursión. Según la Asociación de Industriales Pesqueros, las pérdidas pueden llegar al millón y medio de dólares al año.
El origen del conflicto según los pescadores artesanales tiene que ver con la ley de pesca, que los está "obligando a robar".