La presión de sus fotografías circulando por redes sociales y en las noticias hizo que Juan Ávila y su esposa se entregaran a la Policía de Investigaciones (PDI) luego de mutilar a un animal en peligro de extinción.
En la playa Chinchorro de Arica, ambos encontraron una tortuga verde y la descuartizaron para hacer una lámpara.
En su defensa, la pareja aseguró que el animal estaba muerto y que ellos no sabían que se trataba de una especie protegida por encontrarse en peligro de extinción.
Pablo Ibarra, comisario de la Brigada de Delitos Medioambientales, señaló que Juan Ávila y su esposa quedaron en libertad, pero la investigación continúa para establecer el delito que cometieron.
En caso de comprobarse que la tortuga estaba viva, la pareja debería ser formalizada por maltrato animal. Si estaba muerta, se trataría de un caso de violación de la ley de Caza y de Pesca.
Sin embargo, no arriesgarían cárcel sino el pago de una multa cercana a un millón 200 mil pesos.