Las siamesas Anaís y Amanda, unidas por el corazón y el hígado, viajaron junto a su familia desde Vallenar en búsqueda de una opción viable para ser separadas.
Sin embargo, con el paso de los días las esperanzas se van desvaneciendo pese a que las pequeñas salieron en buenas condiciones desde su hogar.
"Se fueron estables con buena saturación y esperando que se les haga su control en Santiago, para obtener la respuesta definitiva de su problema", indicó el subdirector médico del hospital de Vallenar, Humberto Caballero.
En el Hospital Clínico de la Universidad Católica un grupo de especialistas las monitoreando hasta llegar a la conclusión de que no podrán ser separadas, ya que lo más complicado es el corazón.
Durante esta semana las pequeñas deberían volver a su ciudad natal.