El sismólogo de la Universidad de Chile, Jaime Campos, habló en exclusiva con Canal 24 Horas para explicar la situación que atraviesa la Red de Monitoreo y su posible cese de labor debido a la falta de recursos.
Campos señaló que "efectivamente ha habido un retraso en la entrega de fondos. Después del terremoto del 27F hemos hablado sobre la fragilidad de Sistema a Onemi para tratar de suplir deficiencia, pero hasta el día de hoy no contamos con recursos para ver fortalecido el Sistema".
Explicó que tras la crisis vivida en Aysén el 2008, el Gobierno de turno se comprometió a dar más de 30 millones de dólares a Sernageomin, y 18 millones de dólares para el SSN, os cuales aún no han llegado a la entidad.
"Hemos recibido excusas de todo tipo, hemos conversados con dos ministros del Interior, con anteriores directores de la Onemi, pero no hemos recibido respuestas claras", manifestó el sismólogo de la Universidad de Chile.
Agregó el dinero sería entregado parcialmente para adquirir, en total, 600 equipos, instrumentos que en la actualidad están en poder de la Oficina Nacional de Emergencia.
"De los 600 equipos, algunos fueron entregados al Ministerio de Vivienda y otros a la Onemi. Ninguno de ellos está disponible para el sistema de vigilancia hasta el día de hoy", puntualizó Campos.
"NO QUEREMOS GENERAR ALARMA"
Jaime Campos explicó que la Red Sismológica de la Universidad de Chile (SSN) mantiene 150 equipos para el monitoreo de sismos, pero que desde el 2010 -año en que ocurrió el terremoto del 24/F- sólo 100 están en funcionamiento. Los otros 50 no están operando por falta de mantención.
"Nuestra intención no es generar alarma, es porque de verdad lo necesitamos. Es nuestro deber ético transparentar ésto a la ciudadanía. Estamos preocupados por la falta de los recursos que nos prometieron y no han llegado", afirmó el profesional.
Pese al difícil panorama que se vislumbra para la SSN, Campos comentó que tras la reunieron que sostuvo este jueves la entidad con el actual director de Onemi, Ricardo Toro, esperan que las conversaciones lleguen a buen puerto y en un plazo de tres a cuatro semanas el problema se vea solucionado.