En un par de horas cayó más agua de lo que la tierra pudo soportar.
El sistema frontal azotó con fuerza al norte del país y por las quebradas, la lluvia removió el lodo provocando aluviones.
No sólo viviendas quedaron llenas de barro, varios caminos quedaron intransitables producto de la tierra y rocas arrastradas.
Así lo dejó en evidencia el sobrevuelo realizado por el avión C295 de la Armada, que recorrió el borde costero entre Iquique y Antofagasta, verificando colectividad de la carreteras.