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Valparaíso: No basta reconstruir “desde el asistencialismo” según experta

Experta de la UTEM sostiene que en la etapa de reconstrucción de Valparaíso después del incendio hay que dotar "de herramientas técnicas y conocimientos a los habitantes".

Erwin Acevedo

© Voluntarios colaboran en reconstrucción del Cerro Merced

Sábado 19 de abril de 2014

El escenario que ha quedado tras el incendio en Valparaíso en cada una de las laderas y quebradas, ha incentivado la reflexión acerca de las evidencias de los problemas no resueltos que afectan a la ciudad, como la falta de planificación urbana, la adecuada gestión ecológica de zonas rurales que rodean a los asentamientos, y la correspondiente implementación técnica para la prevención de los riesgos asociados a fenómenos ambientales.

Sin embargo, “otro factor de gran relevancia ha sido la constatación de una falta de conocimiento local sobre la valorización ambiental del entorno por parte de sus propios habitantes”, sostiene la arquitecto Rosa Chandía Jaure, académica de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM).

No nos sirve que Valparaíso sea un lugar declarado Patrimonio de la Humanidad, si los propios habitantes no consideran el conjunto como parte de su propio patrimonio local y se vinculan profundamente con las particulares características territoriales, el reconocimiento de sus condicionantes y sus restricciones”, enfatiza la académica, magister en Arquitectura Energía y Medio Ambiente y candidata a Doctora en la misma área.

En su opinión, el patrimonio de Valparaíso se debe entender desde una visión “holista”, que integre los monumentos formalmente declarados y los espacios que se habitan junto con la identidad cultural que los mismos habitantes van construyendo en esta forma de habitar.

Para ello, sostiene, “es preciso mejorar la valorización de lo propio más allá del espacio privado de cada habitante, es decir, las calles, los espacios públicos, los fondos de quebradas, los cursos del agua, los límites de las cuencas, la relación interdependiente entre un cerro y el otro, los recursos disponibles, los elementos bióticos y los factores ambientales que inciden y que pueden llegar a ser restricciones del entorno, en una visión de conjunto”.

ALGO MÁS QUE ASISTENCIALISMO

Según la profesora Chandía, esto implica reconocer el impacto que tienen las acciones humanas, tanto en la decisión sobre un emplazamiento, en el proceso constructivo del hábitat y en el uso cotidiano que tienen los espacios entre las edificaciones.

“La presencia de residuos y escombros en las quebradas a corta distancia respecto de la ubicación de una vivienda, han incrementado el riesgo frente a los fenómenos ambientales, propiciando entornos poco saludables, poco amables y poco apropiables”, recuerda. Por eso, uno de los mayores desafíos, según su opinión, consiste en replantear la reconstrucción y la apropiación del entorno por parte de sus propios habitantes.

No nos sirve que la reconstrucción se realice desde  el asistencialismo, es preciso dotar de herramientas técnicas y conocimientos a los habitantes, para que colaboren en la reconstrucción de su entorno, y en la formalización del hábitat informal, de manera que se puedan considerar los riesgos ambientales y se desarrollen acciones que propicien  ambientes saludables de un lugar que les pertenece”, enfatiza la experta de la UTEM.

Un claro ejemplo de las posibilidades de esta reconstrucción implica, según la profesional, reconocer  el valor del residuo y fortalecer un plan de gestión apropiada, junto a la rehabilitación de  espacios públicos para las propias comunidades de vecinos.

“Es necesario incentivar la educación  ambiental, la educación sobre el patrimonio urbano y la creatividad para mirar las cosas de distinta manera y encontrar valor en los factores que hoy son una amenaza”, sostiene la profesional, como también favorecer un ambiente que reconozca “el valor del residuo sólido urbano como un potencial recurso”, lo que implica desarrollar planes de gestión local “que propicien la reutilización y el reciclaje y otorguen herramientas a la comunidad para apropiarse de los espacios fuera de las viviendas”, concluye.

 

24horas.cl con información de UTEM