En lo que va del año, la cifra de detenidos por daños y destrozos tras marchas llegan casi a 900 personas, pero aún así la participación de encapuchados no disminuye y su actuar cansó a quienes buscan manifestaciones pacíficas.
Vecinos de Santiago Centro indican que apoyan las demandas estudiantiles, pero no comparten que cada protesta termine con algún tipo de batalla campal, con semáforos, señaléticas y lo que encuentren a su paso destruido.
Por eso, en esta cuarta marcha varios de ellos arriesgaron su integridad física para encarar a los encapuchados, mientras otros creen que las palabras no son suficientes y buscan enfrentarlos con palos.
La Intendencia, en tanto, se querelló contra seis encapuchados de un total de 126 detenidos en la última movilización.