Para un turista entrar al país por el Aeropuerto de Santiago puede resultar confuso.
A la salida de los vuelos nacionales e internacionales hay grupos de taxistas que terminan mareando al visitante tratando de quedarse con la carrera.
"Están todos como buitres alrededor tuyo", señaló Alex Cabeza, un chileno que después de 15 años volvió al país desde California.
Para evitar la disputa de precios que se genera entre estos conductores es que se implementó el sistema de vía exclusiva para taxis enrolados, donde estos vehículos cuentan con un estacionamiento especial pagando una tarifa única de 2.300 pesos cada vez que ingresan.
Aunque la medida lleva dos meses en funcionamiento, los "hacheros" o taxis piratas no ha desaparecido totalmente y se les puede ver captando clientes al ofrecer tarifas hasta un 20% más bajas que los oficiales.
Los conductores de los taxis que no están registrados y entran al aeropuerto se exponen a multas, sin embargo se arriesgan. Otros tantos aparecen como autos particulares que pagan el estacionamiento normal.
Aseguran que no están dispuestos a pagar tarifas tan altas por trabajar.
Mientras las disputas siguen, los pasajeros indican que los precios están sobrevalorados.