Hace seis meses, Salvador Palma estaba en el centro de Santiago realizando un trámite. A eso de las 12:30 cruza San Antonio de forma imprudente, a mitad de cuadra.
De acuerdo a su relato, pasó delante de una máquina del Transantiago que estaba detenida y dicha situación produjo una discusión con Rodrigo Muñoz, el conductor de ella. Pero la pelea no terminó allí. El trabajador de la empresa Subus comenzó a amenazar a Salvador. 'Te voy a reventar. Dobla las ruedas y tira la micro contra la otra, con la cual choca y yo me quedo ahí, entre las dos', dice el ingeniero comercial de 41 años.
La micro avanzó y, por la presión ejercida entre ambas, Salvador sufrió una serie de lesiones que aún lo tienen internado en un centro asistencial de la Capital.
Testigo clave
Cristopher Álvarez llevaba una semana como bombero, ya que recién había jurado. También se encontraba en el centro y vio todo lo ocurrido.
Su testimonio es clave para la investigación ya que según el conductor de la máquina, nunca hubo diálogo entre Salvador y él, sin embargo, Álvarez sí los vio conversando, lo que ratifica la historia del afectado.
Pero eso no fue todo, ya que al ver lo que estaba pasando, este voluntario de Bomberos corrió a ayudar a Salvador. "Le presté los primeros auxilios. Tenía derrame interno. Me empezó a hablar incoherencias, como era normal", dice.
Recuperación
Hoy Salvador está enfocado en su recuperación, en lograr caminar con prótesis, pero esa no es su única meta.
Durante estos meses en cama, Salvador se ha instruido y ha averiguado cómo puede lograr que Muñoz pague por lo que hizo.
El trabajador de Subus está inubicable. Sus compañeros dicen que está desaparecido y que desde hace tres meses está con licencia.
Mientras la Fiscalía está investigando el hecho, la defensa de Salvador presentó una querella criminal por lesiones graves.
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