Vivir la enfermedad grave de un hijo y saber que tiene solución debería ser un alivio, pero en muchos casos no lo es.
Es impotencia lo que viven aquellas familias que no tienen dinero para costear los caros tratamientos que requieren para salvar a estos pequeños.
Es lo que le ocurre a una niña de Purranque que sufre "distonía", una enfermedad cubierta por el Estado, pero sólo para pacientes mayores de 18 años.
¿Qué pasa con los niños entonces?
Los detalles en el reportaje de Marta Escalona y Pedro Mella.