En la comuna de Colina existe un pedazo de la República Dominicana. Son más de cien ciudadanos de este país que levantaron un campamento para tener un lugar para vivir todos en el mismo lugar.
Este punto escogido no es una casualidad, ya que en su mayoría las mujeres trabajan como asesoras del hogar en casas de Chicureo.
Antes, muchos de ellos arrendaban, pero cuando supieron del lugar y que había chilenos con sitios tomados, imitaron la iniciativa como una forma de ahorrar.
Sin renegar de su precaria realidad, son reacios a ser victimizados, especialmente por el hecho que el campamento se levantó sobre un ex vertedero clandestino.
En la comunidad tienen huertos e incluso preparan comida típica que después venden a su vecinos.
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