Vivir sin terminar la educación secundaria es una condición que relega y excluye a las personas de la sociedad.
Son cada vez menos los trabajos a los que se puede acceder sin que el cuarto medio cumplido sea un requisito.
Unicef advirtió por medio de un estudio que entre el 15 y el 19 por ciento de los jóvenes en Chile se encuentra en esta situación, no obstante, hay algunos que llegaron a la adultez con esta tarea inconclusa.
Si bien la deserción tiene varias explicaciones, expertos en la materia hacen hincapié en que es el propio modelo educativo el que crea estándares excluyentes.
En muchos casos, las intenciones de quienes pretenden retomar chocan con sus respectivas realidades y la búsqueda de un buen pasar.
Sin embargo, esta cuenta pendiente pesa más allá del ámbito económico.
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