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Cómo las ondas gravitacionales predichas por Einstein explican el origen del oro y el platino en nuestro planeta

La detección de las ondas generadas por la colisión de dos estrellas de neutrones confirma el origen de los materiales pesados de la tabla periódica.

BBC Mundo

Martes 17 de octubre de 2017

El laboratorio LIGO en Estados Unidos detectó un evento cósmico sin precedentes. Allí se pudo establecer cómo las ondas predichas por Einstein dan respuesta al origen del oro y el platino en la tierra.

Allí se logró captar, por primera vez, las ondas gravitacionales -las deformaciones en el espacio tiempo- así como los destellos de luz en forma de rayos gama generados por la colisión de dos estrellas de neutrones.

Esta violenta colisión, que ocurrió hace 130 millones de años luz en un lugar tan lejano del universo que sus señales nos llegan recién ahora, no solo confirma las ondas gravitacionales que predijo Albert Einstein en su Teoría General de la Relatividad, sino que también corrobora que, gracias a ellas, tenemos oro, platino, uranio y otros metales pesados que hay en nuestro planeta.

Así que si alguna vez te has preguntado de dónde sale el oro que decora templos e iglesias y con el que están hechas algunas de las joyas más valiosas del mundo ya lo sabes: del choque fulminante de dos estrellas de neutrones.

Esto es algo que los astrónomos sabían, al menos en teoría. Pero ésta es la primera vez que pudieron corroborarlo con una observación directa.

 

Cadáveres

Para entender este fenómeno empecemos por explicar qué son las estrellas de neutrones.

Las estrellas de neutrones son los objetos más densos del universo.

Estas son en realidad los cadáveres de estrellas que han colapsado sobre sí mismas, y por ello son extremadamente densas (en su interior solo hay neutrones).

Es más, son los objetos más densos del universo. Y aunque su masa es mucho más grande que la de nuestro Sol, su diámetro suele rondar los 25 km.

Cuando dos estrellas de neutrones comienzan a orbitar una alrededor de la otra, su fuerza gravitatoria hace que empiecen a acercarse cada vez más hasta que colisionan.

Este choque violento libera una inmensa cantidad de neutrones que, con las temperaturas extremas generadas por la colisión, bombardean a los átomos y forman elementos pesados.

Estos elementos pesados salen disparados y se dispersan en el gas de las galaxias.

Luego pasan a formar parte de las estrellas y los discos planetarios alrededor de las estrellas, donde más tarde se forman planetas que acaban con oro, como por ejemplo la Tierra.

Los elementos más livianos de la tabla periódica, como el hidrógeno o el helio, fueron creados durante el Big Bang.

Elementos más pesados, como el oxígeno o el carbono, surgieron más tarde, de la fusión dentro del corazón de las estrellas.

Y algunos elementos más pesados fueron creados por una supernova (que se produce cuando una estrella grande envejece y se queda sin combustible y colapsa en una implosión).

Sin embargo, para crear elementos más pesados aún (más pesados que el hierro), se necesita una explosión todavía más poderosa, como la de dos estrellas de neutrones detectada en agosto y anunciada esta semana.

Esta detección, respaldada además por observaciones de 70 telescopios alrededor del mundo, confirmó lo que astrónomos sospechaban desde hace décadas y solo podían demostrar con modelos teóricos.

Gracias a telescopios de infrarrojos, los científicos analizaron la composición química de la colisión y encontraron que el chorro lanzado por el choque contenía elementos pesados recién formados, incluyendo oro, plata y platino.

 

Nueva era para la astronomía

LIGO, el laboratorio que detectó las primeras señales de la colisión, está en proceso de renovación.

Dentro de un año será tendrá el doble de sensibilidad, con lo cual tendrá una mayor capacidad para escanear el espacio.

Los investigadores creen que la detección de agujeros negros o estrellas de neutrones se volverán algo común en el futuro.

Pero también esperan detectar objetos que ahora ni siquiera podemos imaginar.