Un grupo de mujeres afganas protestó por la intención de la familia de matar a la niña violada.
Un líder religioso afgano fue sentenciado a 20 años de prisión por violar a una niña de diez años en una mezquita.
En una poco habitual muestra de valor, la joven se enfrentó al mulá en el juicio, en el que prestó testimonio temblando y entre lágrimas, según reportó el diario estadounidense The New York Times.
Poco después del incidente, en la remota provincia de Kunduz, mujeres activistas intervinieron a favor de la niña cuando oyeron que sus familiares estaban planeando matarla por la vergüenza que les suponía lo que pasó.
En Afganistán es raro que las víctimas de violaciones consigan que se haga justicia pues normalmente son tratadas como adúlteras.