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Cuando donde se muere no se puede descansar en paz

Un extraño tipo de inmigración a la inversa se está dando desde barrios de las clases trabajadoras de ciudades francesas a pueblos de Argelia y Marruecos: los que regresan están muertos.

24Horas.cl TVN

Domingo 11 de agosto de 2013

Hugh Schofield BBC

El cementerio viejo de Fes en Marruecos.

Cada año miles de cuerpos están siendo repatriados desde Francia a la región magrebí. Familias musulmanas deciden retornar los cuerpos de sus seres queridos a la tierra de sus orígenes.

Se trata de un negocio costoso y complicado, que implica vuelos, diligencias administrativas y consulares y los servicios de funerarias.

Todo eso lleva a preguntarse: ¿Por qué no los entierran en Francia?

Después de todo Francia es el país en el que esas familias están destinadas para vivir. ¿No sería acaso una señal de un integración exitosa si Francia se convierte en la tierra donde reposarán sus restos?

Identidad

Abdallah Hadid en frente de la funeraria en Lille.

La respuesta a esa pregunta tiene que ver con las complejidades de una identidad nacional en un mundo de migraciones masivas.

E incluso con la propia obsesión de Francia con los valores laicos republicanos y con su renuencia a ceder en materia de fe.

En la funeraria el-Ouadjib (Deber en árabe) en la ciudad Lille en el norte de Francia, Abdallah Hadid recibe tres o cuatro llamadas diarias de familias que han perdido a alguien.

Lo entrevisté mientras recorríamos la ciudad en uno de sus carruajes funerarios. Íbamos en una carrera contrarreloj para obtener unos documentos oficiales que debían ser entregados en los consulados de Argelia y Marruecos.

"Yo diría que 70% de las familias quieren que los cuerpos sean repatriados a Argelia o a Marruecos o a donde sea", me dijo.

"Mientras a los cuerpos se les pone los sudarios y se les reza, nuestro equipo administrativo tiene que apurarse para tramitar todos los documentos: en el ayuntamiento, en la policía, en los consulados. Posteriormente, compramos los boletos para la familia y pagamos para que el ataúd sea conservado. La gente no se da cuenta de eso, pero en la mayoría de los vuelos que parten de Francia hacia las grandes ciudades del norte de África hay cuerpos en las bodegas, entre uno y cuatro, dependiendo del tamaño del avión".

"Algunas veces, las comunidades en el país de origen recaudan el dinero para que el cuerpo sea trasladado. Eso puede llegar a costar alrededor de US$3.300. Pero cada vez más y más familias están usando aseguradoras, pagan un poquito cada año para asegurarse de que hay dinero suficiente para su repatriación cuando ellos mueran".

Diferencias

De acuerdo con Abdallah Hadid, hay dos razones por las cuales se envían los cuerpos de los seres queridos de regreso a la región magrebí.

En Francia, no hay cementerios para musulmanes.

La primera es una razón sentimental. Se trata de recuerdos, lealtades, del anhelo nostálgico por la patria.

La segunda es una consideración más práctica: la ausencia de cementerios para musulmanes en Francia.

El país se concibe como laico. Por cien años ha existido una estricta separación entre la religión y el Estado.

Eso significa que los ayuntamientos, que son los que administran los cementerios del país, niegan cualquier provisión especial relacionada con la fe.

Por años, los musulmanes franceses han pedido que se diseñen áreas en los cementerios municipales -denominadas carres confessionnels- en las que las tumbas de musulmanes se dirijan hacia La Meca, como exige el Islam.

Pero su solicitud se ha visto obstaculizada por una reticencia institucional de parte de las autoridades francesas.

En la práctica, más y más áreas musulmanas están siendo creadas en los cementerios franceses, simplemente porque las tumbas musulmanas están siendo puestas una al lado de la otra. Pero en este caso, se trata más bien de tolerancia, no tanto de autorización, pues no existe una política oficial para crear dichas áreas.

Carga

Otro problema que enfrentan los musulmanes es que el espacio en los cementerios franceses es normalmente provisional. Las familias tienen un contrato de arrendamiento que dura unos 30 ó 50 años. Después de ese tiempo, los cuerpos son colocados en una fosa común.

Pero eso ofende a muchos musulmanes, quienes creen que los cuerpos enterrados no deben ser tocados. Son reacios a que las futuras generaciones deban cargar con el costo de renovar el contrato de una tumba francesa, por lo que prefieren que sus cuerpos sean repatriados.

"El tema de los carres confessionnels es extremadamente importante para nosotros", indica en conversación con la BBC Dalil Boubakeur, quien es el rector de la Gran Mezquita en París y un líder de la comunidad musulmana en Francia.

"Actualmente hay seis millones de musulmanes en Francia. Ellos pagan impuestos, votan, forman parte de gobiernos locales. ¿Por qué no tienen derecho a decir cómo quieren que sean enterrados?"

El debate sobre si repatriar o enterrar en Francia a los musulmanes se está llevando a cabo internamente, en el seno de miles de familias musulmanas.

Lejanía

Los padres del profesor Karim Saidi vinieron a Saint Quentin procedentes de Argelia en la década de los años sesenta.

Saidi, sus hermanos y hermanas nacieron en Francia y se consideran a sí mismos como franceses.

"Cuando mi padre murió en un accidente de tránsito aquí, decidimos enviar su cuerpo a Argelia. Fue una reacción automática. Pero ahora lo lamentamos porque no podemos visitar su tumba sin tener que hacer un viaje largo. Con mi madre, acordamos que cuando ella muera, la enterraremos aquí. En cierta forma es apropiado: un padre a cada lado del Mediterráneo", indicó.

Al caminar por las tumbas musulmanas en un cementerio como el de Amiens, se puede notar el cambio de actitudes hacia la muerte y la identidad.

Algunas de las tumbas son simplemente montículos de tierra con un nombre tallado en un pequeño pedazo de madera.

Pero las tumbas más recientes tienen elaboradas estructuras de mármol que hacen muy difícil distinguirlas de las tumbas cristianas.

Tienen flores, inscripciones talladas, mensajes de amor. La tumba de un niño es adornada por la imagen de un pequeño osito.

En paz

"En el islam tradicional, la tumba es parte de la tierra. No es nada. Es visitada siempre y cuando la familia esté cerca, pero después se desvanece", indicó Yassin Shaibi, un académico que ha escrito extensamente sobre este tema.

"Pero aquí vemos cómo algunos musulmanes han adoptado el simbolismo de la muerte a la francesa, la lucha por permanecer. Es divertido: entre más grande es la estructura física de la tumba, más se nota el temor de la sociedad ante la muerte".

Para Yassin Shaibi, el día en que los musulmanes franceses se sientan felices de ser enterrados en Francia será el día en que el proceso de integración se completará.

"Pero aún no hemos alcanzado esa etapa", dijo. "Hay algo no terminado en cuanto a la identidad musulmana aquí, muchos no están totalmente en paz. Estar totalmente en paz significaría prepararse para morir aquí de la misma forma como vivieron aquí".