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¿Cuántos objetos tocas cada día… y qué dicen ellos de ti?

La consigna es simple: junta todas las cosas con las que interactúas en 24 horas y tómales una foto. De eso se trata el proyecto "Everything We Touch". ¿El resultado? Un retrato personal y un "mapa de objetos" de esta era.

24horas Administrator

Miércoles 11 de noviembre de 2015

Imagínate llevar un registro de cada uno de los objetos que tocas en 24 horas, desde el momento en que te levantas hasta el instante en que te vas a dormir.

Luego, junta todas esas cosas para tomarles una única foto, que será un mapa y un diario del día que acabas de vivir.

De eso se trata precisamente el proyecto de la diseñadora industrial Paula Zuccotti, que quiso descubrir en qué medida nuestras posesiones son capaces de revelar quiénes somos.

La diseñadora, nacida en Argentina, le pidió a 62 personas alrededor del mundo que fotografiaran los objetos con que habían tenido contacto durante el día para trazar, a partir de esas 62 imágenes individuales, una especie de "cápsula del tiempo" de 2015.

"Muchas de las cosas que sabemos de las civilizaciones del pasado son nociones que hemos adquirido a través del estudio de los objetos", dice Zuccotti.

"Herramientas, utensilios, ropas, manuscritos y arte nos han enseñado el tipo de trabajo que hacían (esas civilizaciones), qué cazaban, cultivaban y comían, cómo se expresaban… ¿Podrían nuestros objectos actuales hacer lo mismo?".

             

"Estuve detrás de estilos de vida que me intrigaban, algunos de los cuales están en vías de extinción. Fui a Arizona buscando un cowboy o a Tokio porque quería documentar la vida de una geisha", le dice la diseñadora a la BBC.

Así surgió la foto de David, un cowboy estadounidense de 23 años, o Eitaro, un japonés de 32 años que hace el trabajo de geisha tal como lo aprendió de su madre.

 

 

 

¿Cuántos objetos toca una persona en un día cualquiera? Unos 140 en promedio, según reveló el proyecto (aunque es fácil intuir que la cantidad varía según la edad, la ocupación y el contexto social del retratado).

Para crear la foto, se ordenaron cronológicamente. Y los objetos "permanentes" -como manijas y perillas de luz, automóviles o grifos- quedaron excluidos de la lista.

Algunos de los "mapas identitarios" que resultaron son más fáciles de decodificar que otros, dice la autora.

Un cocinero, un bebé o un carnicero, por ejemplo, se dejan entrever detrás de las posesiones en las fotos de aquí abajo.

 

 

 

 

 

 

Y no todos los mapas de identidad son completos. Como el de Piedad, por ejemplo: esta monja de clausura ecuatoriana, que vive desde hace 28 años tras las puertas de un convento de Madrid, le entregó a Zuccotti la cofia, el hábito, el escapulario, la Biblia y poco más.

"Mientras conversábamos a través de los barrotes, me entregaron la bolsa con las cosas que Piedad quería darme a través de una ventana. Cuando le pregunté por los otros objetos que debería haber tocado, como el cepillo de dientes o la taza o el peine, me miró y me dijo 'No puedo'".

 

 

 

 

 

 

"Creo que este proyecto no tiene fin", dice Zuccotti, a quien ahora le gustaría fotografiar a ricos y famosos: "esta es una manera nueva de hablar de quiénes somos y me da curiosidad saber cómo la gente que ya tiene una vida pública y expuesta se comportaría ante este formato".

Imagínate repetir el proyecto en diez años, desafía: ¿qué objetos se habrán extinguido y cuáles habrá nuevos que hoy no podemos ni siquiera imaginar?.

 

 

 

Fotos: Paula Zuccotti.