Rachel Nickeas tiene una discapacidad física y mental que hace que pierda el equilibrio de su cuerpo y que con frecuencia no sienta sus extremidades. Ella necesita de alguien que la cuide.
Como ya está jubilada, su pensión no le alcanza para pagarle a alguien que la acompañe a todas partes. Así que Darwin terminó siendo la solución ideal.
Este perro labrador está entrenado para asistirla a donde va, lo que le ha permitido recuperar su vida social.
Sin Darwin, esta mujer no podría salir de su casa. Vea su historia.