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Día a día: Alemania mueve sus tropas hacia Francia

BBC Mundo le cuenta en detalle lo que ocurrió cada día previo al inicio de los combates. Hace 100 años, el 1 de agosto, los soldados alemanes se dirigen hacia el oeste, mientras Londres no sabe si apoyar a París.

24Horas.cl TVN

Viernes 1 de agosto de 2014

Hace cien años Europa se precipitaba sin freno hacia los campos de batalla, en lo que se conocería como La Gran Guerra.

A comienzos de agosto ya están movilizados los ejércitos de Austria-Hungría y de Rusia. Alemania es el próximo en mover sus piezas.

Inglaterra no se decide a apoyar a Francia, pero la invasión alemana a territorio galo podría forzar a Londres a tomar acciones.

BBC Mundo continúa recordando los hechos ocurridos la semana previa a los combates iniciales en la Primera Guerra Mundial.

Sábado, 1 de agosto de 1914

Alemania lanza un ultimátum contra Rusia y Francia.

La invasión alemana a Francia terminará en una guerra eterna de trincheras.

Si Berlín no recibe garantías para esta tarde, declarará la guerra.

Londres observa desde el otro lado del Canal cómo se deteriora la situación en Europa, pero el secretario de Relaciones Exteriores, Sir Edward Grey, se resiste a ofrecer su apoyo a París.

El embajador francés, Paul Cambon, le expresa su frustración al responsable del Ministerio de Relaciones Exteriores británico, sir Arthur Nicholson.

Nicholson está furioso con Grey. Uno de sus asesores lo ve partir hacia la oficina de Grey y preguntarle si es cierto que se niega a apoyar a Francia en este momento de tanto peligro. Grey solo responde con un gesto de desesperación.

Mientras, un periodista le pregunta al embajador francés qué piensa hacer.

HACIA FRANCIA

En Alemania, el canciller Bethmann-Hollweg se dirige al Parlamento.

"No hemos querido esta guerra, la guerra nos ha sido impuesta".

Berlín no ha escuchado nada de los rusos ni de los franceses. La decisión es declarar la guerra contra Rusia a las 17:00.

"Si el dado de hierro debe rodar, que Dios nos ayude".

Pero todavía hay esperanzas en Alemania.

Un par de telegramas enviados por el embajador alemán en Londres, príncipe Lichnowsky, informan que el secretario del Ministerio de Relaciones Exteriores podría ofrecer la neutralidad de su país en el conflicto.

La condición sería que Alemania se comprometa a no atacar Francia.

Un aliviado káiser ofrece champagne a todos los que lo rodean.

"Ahora podemos ir a la guerra solo contra Rusia. Simplemente marchamos con todo nuestro ejército hacia el este".

El jefe del ejército, Helmut von Moltke, está horrorizado.

Es muy tarde para cambiar todos los planes.

Pero el káiser le ordena poner freno a la movilización militar en el oeste.

El gobernante alemán se va a dormir temprano, pero a las 23:00 Moltke lo despierta con otro telegrama desde Londres.

Resulta que el príncipe Lichnowsky, desesperado por evitar una guerra entre Alemania y Gran Bretaña, ha entendido mal las sugerencias de los británicos para mantener la paz.

Moltke le pregunta al káiser si los planes deben seguir adelante tal como estaban establecidos.

Tras decir eso se da vuelta y vuelve a dormir.

La invasión de Francia es nuevamente una realidad.