Click acá para ir directamente al contenido

Eagles of Death Metal: el rock irreverente que se convirtió en blanco de los ataques de EI en París

El ataque al concierto en Le Bataclan dejó casi 100 muertos.

BBC Mundo

Domingo 15 de noviembre de 2015

Mucho se ha hablado del califato de inspiración medieval que el autodenominado Estado Islámico intenta instaurar en Medio Oriente.

Pero, aunque su ideal de gobierno parecería estar anclado en la Edad Media, muchos de sus métodos son profundamente modernos.

Los combatientes de Estado Islámico son maestros de las redes sociales y conocen la cultura occidental, aunque la aborrezcan.

Por lo que el ataque, reivindicado por ellos, en un concierto de Eagles of Death Metal, una banda de rock californiano en el teatro parisino Le Bataclan, tiene un fuerte contenido simbólico.

El enemigo en la cultura

El teatro, el público y el grupo que tocaba la noche del viernes representaban bien a uno de los enemigos mortales de Estado Islamico: lo que ellos consideran aspectos decadentes de la cultura occidental.

Por el nombre de la banda que actuaba esa noche en el escenario, algunos podrían pensar que se trataba de un grupo de música heavy metal.

La verdad es que su género musical estaba más en el blues, con una fuerte dosis de humor, según afirma el diario estadounidense The New York Times.

El nombre de su grupo, como tantas otras cosas de su producción musical, es simplemente un chiste.

En su irreverencia, se parecen a Charlie Hebdo, el semanario satírico francés que en enero de este año, y a poca distancia de Le Bataclan, también fue víctima de un sangriento ataque por extremistas islamistas.

"Bragueta abajo"

Eagles of Death Metal se fundó en 1998 en Palm Desert, California.

Tienen un estilo inspirado en el rock de la década de 1970, mezclado con fuertes dosis de burla a las convenciones sociales.

El álbum que promocionaban la noche del viernes 13 en París se llama Zipper Down (Bragueta abajo).

En una entrevista publicada hace un mes con la legendaria revista musical estadounidense Rolling Stone, uno de los líderes de la agrupación, Jesse "Boots" Hughes, decía sin pena: "Soy un tipo raro".

Mientras que su colega Josh Homme señalaba con ironía a la misma publicación que su nuevo álbum era "una respuesta al terrorismo".

Burlándose de su propia irrelevancia, estos músicos aseguraban con sarcasmo que cada vez que lanzan un nuevo trabajo musical, "mejoran los derechos humanos, el mundo se siente mejor".

Ironía

En un cruel giro del destino, menos de dos meses después de que aseguraran, riéndose, que su música burlona e irrespetuosa iba a ser una respuesta a la violencia global, esa misma violencia se ensañó contra ellos, en su propio escenario.

Los músicos se salvaron.

Pero cerca de 100 personas de su público murieron en Le Bataclan.

Y nuevamente queda en el ambiente la percepción de que los extremistas detestan un factor esencial de la cultura occidental: su irreverencia.

Y están dispuestos a derramar sangre para detenerla.