Abdulá, un hombre de negocios iraquí cuya familia fue secuestrada por el autodenominado Estado Islámico, está ayudando a sacar a otras personas que se encuentran en territorio bajo el control del grupo radical.
Cientos de mujeres yazidíes, que se encontraban en cautiverio, fueron liberadas por una red de traficantes de personas internacional que son lideradas por Abdulá.
Sin embargo, hay preocupación porque el dinero que se le paga a los traficantes de personas pueda ir directamente a Estado Islámico.