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El hombre que creó vendió una página de internet "pixel por pixel" y se hizo millonario

Era estudiante y necesitaba dinero. Tuvo una idea para volverse rico rápidamente, que funcionó. Y eso lo llevó a un viaje de reflexión que ahora vale millones.

BBC Mundo

Lunes 23 de enero de 2017

A Alex Tew no se le conoce por dejarse llevar por la corriente.

Su mantra siempre ha sido ver en qué están concentrados todos los demás y hacer todo lo contrario.

En 2005 su única obsesión era hacer dinero para pagarse un curso de gerencia empresarial en la Universidad de Nottingham, en Inglaterra.

Para la mayoría de los jóvenes eso hubiese significado buscar un empleo de medio tiempo o pedir un préstamo bancario.

Sin embargo, a sus 21 años el incipiente empresario decidió costearse los estudios creando un sitio en internet llamado The Million Dollar homepage ("La página del millón de dólares") para vender espacio publicitario en internet a US$1 por pixel, en bloques de 10 x 10 píxeles.

 

"Literalmente no tenía dinero y estaba preocupado por la Universidad", dice.

"Simplemente pensé esta estrategia un poco loca de hacer dinero rápido que luego cobró vida propia".

En cuatro meses, la página se volvió viral y el espacio se agotó.

Tew había conseguido éxito, fama y su primer millón. Además, dejó la universidad.

Y tenía todo tipo de anunciantes, desde el periódico británico The Times a casinos online. Apuntaba a "cualquiera que quisiera comprar pixeles", dice.

 

También atrajo mucha envidia. La idea principal de la página web (vender pixeles) se le hubiera podido ocurrir a cualquiera, pero Tew fue el primero en hacerlo.

Innovación continuada

Once años más tarde, Tew sigue haciendo las cosas de distinta forma a la mayoría y también de manera diferente a como lo hacía en 2005.

Hoy vive en San Francisco, EE.UU. y es fundador y CEO de la start-up Calm, que ofrece una aplicación móvil del mismo nombre con numerosos programas de relajamiento y meditación, diseñados para tranquilizar la mente del usuario.

La aplicación también incluye videos y audios de corrientes, tormentas de lluvias y olas.

"Es como tener un santuario en tu bolsillo", asegura Tew.

Es gratis, pero los usuarios pueden tener una suscripción mensual, anual o de por vida con más guías de meditación y mayores opciones.

El negocio de la calma

Tew no está solo en su intento de llevar más tranquilidad a la vida de la gente.

Hay una creciente lista de competidores que ofrecen aplicaciones de mindfulness (consciencia o atención plena) y meditación, incluyendo Headspace, Buddhify y Smiling Mind.

 

Solo en 2015, la industria de la meditación y el mindfulness generó cerca de US$1.000 millones, según la empresa analista de investigación de mercado IBISWorld.

Recientemente la cofundadora del Huffington Post, Ariana Huffington, dejó el imperio mediático para encargarse de la nueva start-up de autoayuda Thribe Global, cuya finalidad es reducir el estrés.

Y a esas iniciativas no les hace ningún daño que reconocidas figuras como Hillary Clinton, Oprah Winfrey y Paul McCartney practiquen la meditación.

"El estrés, la ansiedad y la depresión son una epidemia en nuestra sociedad y la gente está buscando maneras de controlarlas y mejorar su salud general y bienestar", dice Mary Jo Kreitzer, directora del Centro para la Espiritualidad y la Sanación de la Universidad de Minnesota, EE.UU.

La internet ya está repleta de sitios y aplicaciones para ayudar a la gente a hacer más cosas, así que Tew busca justamente lo opuesto.

"Tradicionalmente la tecnología se centra en mejorar la eficiencia, hacer más. Estar ocupado, ocupado, ocupado. Y la calma es todo lo contrario", dice.

"Se trata de encontrar paz y tranquilidad en un mundo cada vez más ajetreado".

Hobby de la adolescencia

Para Tew la búsqueda su búsqueda de calma se remonta a cuando tenía 14 años y comenzó a hacer meditación.

"Siempre estuve interesado en la psicología y el desarrollo humano".

 

"Incluso entonces, pensaba en que debería estar en internet. Debería poder ir a una página que te enseñe, que te de una guía sobre meditación y mindfulness", agrega.

Cuando fundó Calm en 2012, la visualizó como una página de escritorio. Un año más tarde, la compañía se volvió móvil con una aplicación.

Ahora Calm tiene seis millones de usuarios y la compañía ha sostenido tres rondas de financiamiento recaudando US$1,5 millones.

Tew no quiere revelar cifras específicas, pero dice que "están haciendo millones de dólares por año en ingresos anuales".

Un largo camino

Sin embargo, para Tew el camino hacia Calm no fue recto.

Con su repentina fama y éxito por la Million Dollar Homepage, sus ideas de crear una página en internet sobre meditación quedaron relegadas a un segundo plano, siendo reemplazadas por proyectos de cómo hacer dinero rápidamente.

"El hecho de que funcionó en cuatro meses y logró hacer un millón de dólares me llevó por un sendero distinto", afirma Tew.

"Estaba lleno de confianza, ideas y me olvidé un poco de lo que realmente encontraba interesante".

Así fue que terminó probando proyectos que "no cuajaron realmente".

Primero fue Pixelotto, una iniciativa derivada de la Million Dollar Homepage que vendía espacio publicitario, luego PopJam, una red social para compartir contenido gracioso y One Million People, similar a su primer éxito, pero solo con fotos en vez de anuncios.

 

Ninguna tuvo el éxito que esperaba.

Finalmente, Tew se mudó a San Francisco cuando su amigo y fundador de la red social Bebo, Michael Birt, le pidió que se fuera a trabajar con él en la incubadora de empresas tecnológicas Monkey Inferno.

"Pensé que haría algo drásticamente distinto", cuenta Tew.

Birch sabía, sin embargo, que no trabajaría con él por mucho tiempo y menos de un año más tarde Tew se fue a arrancar Calm.

Tew, ahora de 32 años, dice que completó el círculo.

Sin embargo, cuando Tew y el cofundador Michael Acton Smith lanzaron la idea de Calm a los inversores, no tuvo una aceptación universal.

"Fue un desafío convencer a la gente de que era una buena idea", afirma.

Sin embargo, agrega que eso no es necesariamente malo.

"Cuando te dicen que tu idea es un poco rara o 'no la entienden', puede ser algo bueno. Yo sabía dentro de mí corazón que era acertada".