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El juez de 97 años que incomoda al gobierno de Argentina

Carlos Fayt es ministro de la Corte Suprema desde hace más de tres décadas. El gobierno cuestiona que esté apto para el cargo a su edad pero la oposición denuncia un complot para reemplazarlo.

24horas Administrator

Viernes 15 de mayo de 2015

Veronica Smink BBC Mundo, Argentina

Fayt logró que la Justicia le permita quedarse más allá del límite de edad que establece la Constitución desde 1994.

Carlos Fayt tiene 97 años y es juez de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina (CSJN) desde hace 31 años, más que cualquier otro en la historia del país sudamericano.

Fayt ocupa su cargo desde el regreso de la democracia, y es uno de los funcionarios públicos más longevos del país. Fue nombrado ministro de la Corte en 1983 por el presidente Raúl Alfonsín (1983-1989).

A lo largo de tres décadas este abogado, profesor universitario y juez, de tradición socialista, sobrevivió a un gran número de cambios en el máximo tribunal argentino, que modificó muchas veces su tamaño y composición.

Sin embargo, seguramente el veterano magistrado nunca enfrentó una amenaza tan fuerte como la que vive actualmente.

El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner cuestiona que siga siendo apto para cumplir sus funciones, debido a su avanzada edad.

A través de sus representantes en el Congreso, ordenó esta semana la apertura de un "proceso investigativo" para determinar si las "capacidades" de Fayt "están afectadas".

El retiro del juez Eugenio Zaffaroni a finales del año pasado, al cumplir 75 años, dejó a la Corte con un miembro menos del necesario.

La Comisión de Juicio Político de la Cámara de Diputados, que tiene mayoría oficialista, tomó la decisión tras cuestionar la ausencia del juez en una sesión clave de la CSJN, a finales de abril.

En ese encuentro la Corte decidió la continuidad de Ricardo Lorenzetti –enfrentado con el gobierno- como presidente del Tribunal, acuerdo que Fayt habría firmado desde su casa y no de forma presencial.

Eso llevó a funcionarios kirchneristas a poner en duda la legitimidad del acuerdo, y también a renovar los cuestionamientos contra Fayt, a quien la presidenta ha criticado en muchas ocasiones por no retirarse.

75 años

Ocurre que desde 1994, cuando se reformó la Constitución argentina, los jueces supremos –que hasta entonces ocupaban sus cargos de forma vitalicia- están obligados a retirarse a los 75 años.

Excepcionalmente pueden obtener un acuerdo del Senado para continuar en sus funciones durante cinco años más, trámite que puede ser renovado sucesivamente.

Fayt, que tenía 76 años cuando se acordó la reforma constitucional, apeló la medida ante la Justicia y finalmente fue la propia Corte, en 1999, la que le dio la razón.

Fue así que el magistrado –quien se abstuvo de votar en esa decisión- logró permanecer en su puesto todos estos años, sin necesidad de aprobación parlamentaria.

Sin embargo, la presión sobre su permanencia aumentó en el último tiempo debido a un hecho impensado: la inesperada muerte de dos de sus pares en la Corte y el retiro de un tercero, que dejaron a la CSJN con solo cuatro miembros.

Cuando se decidió que la Corte tenga solo cinco miembros, en 2006, había siete integrantes. Ahora quedaron solo cuatro.

Según una reforma impulsada por el gobierno en 2006 la Corte debería tener cinco integrantes.

Sin embargo, el oficialismo no cuenta con los dos tercios de senadores necesarios para aprobar la designación del quinto juez.

Lea también: Presidenta argentina propone nuevo miembro de Corte Suprema de Justicia

Por eso, los críticos del gobierno sostienen que las presiones sobre Fayt buscan acelerar su alejamiento y obligar a la oposición a hacer un acuerdo para elegir a dos nuevos representantes.

Sostienen que mientras que la Corte puede seguir funcionando con cuatro miembros, con tres ya sería casi imposible debido a que se requiere un mínimo de tres votos para tomar decisiones y por ende cada voto requeriría unanimidad.

El juez contraataca

En medio de la polémica por la investigación iniciada contra Fayt –que muchos denuncian como irregular- dos grupos de abogados y otros simpatizantes del juez organizaron un acto de "desagravio" frente al Palacio de Justicia y delante del domicilio del magistrado.

Los manifestantes defendieron el legado de Fayt, destacando su "sabiduría y honradez".

"Fayt coraje" y "La edad avanzada no anula la inteligencia", eran dos de las consignas de la protesta.

En medio de la polémica por su estado, Fayt reapareció en público esta semana.

Los expertos legales recuerdan que un ministro de la Corte solo puede ser removido por no mantener "buena conducta" o por mal desempeño.

Y la única herramienta para su destitución es el juicio político, medida que no fue aprobada por la Comisión de Juicio Político que quiere investigar al magistrado (algo no establecido en la ley).

Tras varios días de especulaciones sobre su salud, Fayt se presentó sorpresivamente el miércoles –el mismo día que se realizaban las marchas en su defensa- para votar junto con sus pares en la sede de la CSJN.

A través de colaboradores, el juez agradeció el apoyo de sus simpatizantes.

"La considero una manifestación de solidaridad con los valores democráticos y constitucionales que siempre he defendido y que seguiré haciéndolo desde mi lugar de juez de la Corte", dijo.

Ya antes había asegurado al diario La Nación que está "en perfecto estado" (de salud), y que no piensa renunciar.

Debate

Para el partido gobernante la actitud de Fayt es un "ejemplo pésimo al conjunto de la sociedad", según dijo el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez.

La presidenta y Lorenzetti han cruzado críticas. El juez defiende la permanencia de Fayt.

"Sobre todo de quien tiene la tarea de interpretar y hacer cumplir la Constitución", agregó el representante del kirchnerismo.

Algunos –incluso no alineados con el gobierno- coinciden en que Fayt debería dar un paso al costado debido a su edad avanzada.

Señalan que su aparición esta semana mostró que su estado físico es frágil y no logró despejar las dudas sobre si sigue siendo apto para cumplir con un cargo de tanta envergadura.

Pero otros cruzan los dedos para que el magistrado permanezca en su puesto al menos hasta fin de año, y de esa manera trabe la posibilidad de que el gobierno –que deja el poder en diciembre- coloque a uno de los suyos en el máximo tribunal del país.

Foto: reproducción/ YouTube