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El padre que hizo de escudo humano y otras historias de los héroes de la masacre de Las Vegas

En la matanza de Las Vegas, no sólo se vio el peor lado del ser humano: también el mejor. Estos son los testimonios de aquellas personas que, sin preocuparse por su propia vida, corrieron a ayudar a otros y salvaron a muchos de la muerte.

BBC Mundo

Miércoles 4 de octubre de 2017

RedacciónBBC Mundo

La masacre de Las Vegas fue el tiroteo más mortal de la historia reciente de Estados Unidos

Cuando las balas comenzaron a llover en Las Vegas el pasado domingo por la noche durante un concierto de country, algunos no se lo pensaron.

Se echaron encima de otros para protegerles, volvieron a la zona de peligro para ayudar a desconocidos a salir de allí e incluso montaron su propia red de ambulancias para salvar más vidas.

En Las Vegas, donde el domingo se vivió la peor masacre en la historia reciente de Estados Unidos con al menos 59 muertos y más de 500 heridos, se pudo ver el peor lado del ser humano. Pero también el mejor.

Lo muestran las historias de ciudadanos que decidieron ayudar a otros sin pensar en ponerse a salvo y que recogemos en este artículo.

Escudos humanos

 

Se celebraron varias vigilias en honor a las víctimas de la masacre.

Mike McGarry, quien disfrutaba del concierto el domingo junto a su familia, explicó su primera reacción a la agencia Reuters: ponerse encima de sus hijos para protegerles.

"Tienen 20 años. Yo, 53. He tenido una buena vida", explicó McGarry.

La gente que le pasó por encima escapando de la masacre dejó sus huellas en su camiseta.

 

Carly Krieger protagonizó una escena similar. Protegió a su pequeña hija obligándole a tumbarse en el suelo y poniéndose encima de ella.

Así lo recordaba en declaraciones a la cadena CNN: "Afortunadamente estábamos de espaldas a lo que ocurrió. Había una parte de asientos en la parte trasera y algunos niños estaban ahí. Todo el mundo empezó a gritar que nos agacháramos, así que puse a mi bebé en el suelo y me puse encima de ella".

"Ni lloró, ni gritó, ni preguntó lo que estaba pasando, así que creo que estará bien".

 

La matanza de Las Vegas volvió a abrir el debate sobre el control de las armas en Estados Unidos

Un bombero del estado de Arizona, Kurt Fowler, resultó herido en la pierna cuando protegía de manera similar a su mujer y tuvo que ser operado. Según reportes de prensa, no podrá volver al trabajo en meses.

A Sonny Melton, un joven de Tennessee de 29 años, su valentía le costó la vida.

"Me agarró por detrás y empezó a correr cuando de repente sentí que le dispararon en la espalda", contó su mujer, Heather, a la cadena WMV-TV en Nashville, capital del estado de Tennessee.

"Quiero que todo el mundo sepa lo bondadoso que era y el gran corazón que tenía, pero en este momento, casi no puedo respirar", lamentaba su esposa en declaraciones a ese medio.

 

La amistad por encima de todo

Mike Cronk explicó a ABC News que su amigo Rob fue disparado en un área VIP cerca del escenario y ambos permanecieron juntos mientras Rob intentaba parar su hemorragia con sus manos.

"Estaba justo al lado mío, y escuchamos los disparos. Creo que todo el mundo pensó al principio que eran fuegos artificiales. Entonces, me dijo: 'Hey, me han disparado", explicó Cronk.

"La escena fue caótica, pero habían disparado a mi amigo así que no iba a abandonarle de ninguna de las maneras. Sé que él no lo hubiera hecho", afirmó.

 

Más tarde, ambos trataron de llegar a un hospital con otras víctimas en una camioneta. Las carreteras estaban cortadas y encontraron una ambulancia, a la que trasladaron a las víctimas, pero una de ellas murió en los brazos de Cronk.

Volver al peligro para ayudar

Robert Hayes, un bombero de Los Ángeles, consiguió sacar a su esposa y a sus amigos fuera de la zona de la masacre y enseguida se identificó ante el equipo de fuerzas especiales SWAT que se desplazó al lugar de los hechos.

Hayes aseguró a la cadena Fox News que él mismo tuvo que declarar la muerte de veinte personas, tratando de salvar vidas en compañía de un médico del departamento local de bomberos: "Es algo que hacemos. No intentaba ser un héroe".

 

La distancia desde el piso 32 del hotel Mandalay Bay donde se encontraba el atacante y la zona donde se realizaba el festival es de más de 400 metros.

El caso de Todd Blyleven es parecido. Este exjugador de la liga menor de béisbol contó al diario Washington Post que, una vez que su grupo de amigos se pusieron a salvo, volvió al lugar de los hechos para intentar ayudar a otros a salir. El Post explica que se unió a un grupo de "voluntarios" y que pudo haber ayudado a sacar a 30 ó 40 personas.

"Sentí que tenía que hacerlo", manifestó. "Si yo o mi familia estuviera en una situación parecida, hubiera deseado que alguien hubiera venido a sacarme".

"Ambulancias" privadas y colas para donar sangre

Lindsay Lee, una artista tatuadora, fue una de las muchas personas que utilizaron sus propios coches como ambulancias. En un vídeo compartido en Instagram, se puede escuchar cómo un hombre le dice: "Ahora mismo, necesitamos tu camioneta. Sólo necesitamos llevar a gente al hospital".

Ella, sin pensárselo, contesta: "Ok. Adelante, ¡súbelos a la parte de atrás!".

Posteriormente, Lindsay Lee escribió que un hombre falleció en su carro y su prometido le llevó al hospital.

"Fue una pesadilla. Nunca corrí por mi vida como lo hice esta noche", manifestó tras escapar de la masacre.

En las primeras horas del lunes, la Policía instó a la población a permanecer alejada de la explanada de Las Vegas donde se produjo la matanza a pesar de que muchos querían ir a ayudar. En cambio, les pidieron que donaran sangre y cientos de ellos lo hicieron.