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Jim Cason, el diplomático estadounidense que más molestó a Fidel Castro

El exjefe de la Sección de Intereses de EE.UU. en tiempos de George W. Bush tuvo duros choques con el gobierno cubano. Hoy dice no ver nada positivo en el acercamiento entre Washington y La Habana que ensaya Barack Obama.

24horas Administrator

Viernes 14 de agosto de 2015

"Nos convertimos en el tercer benefactor de Cuba, en su nuevo "sugar daddy".

El exjefe de la Sección de intereses de EE.UU. en Cuba James Cason usa la frase en inglés que ilustra al típico hombre adinerado que “ayuda” a mujeres, generalmente más jóvenes.

Cason, cuyo periodo como máximo representante estadounidense en la isla entre 2002 y 2005 estuvo caracterizado por polémicas y enfrentamientos con el líder Fidel Castro, quien le puso el sobrenombre de “cabo Cason”.

El diplomático, actual alcalde de Coral Gables, en Miami, fue el personaje de una serie de dibujos animados de la televisión cubana titulada “Casos y cosas del cabo Cason” en la que buscaban ridiculizarlo.

Diez años después de su retiro de la isla y en víspera de la simbólica izada de la bandera estadounidense en la nueva embajada, Cason afirma que el "deshielo" con Washington solo beneficia a La Habana.

"Creo que con el acercamiento le ofrecimos un salvavidas a Cuba cuando tenían dificultades. Antes tuvieron a la Unión Soviética y luego a Venezuela. Venezuela ya no puede mantener el nivel de ayuda que ofrecía a Cuba y entonces llega Estados Unidos".

Cason dice que imaginaba el día en que la bandera estadounidense volvería a ondear en La Habana.

Solo que, "pensé que pasaría cuando los Castro ya no estuvieran en el poder y Cuba estuviera en camino hacia la libertad y la democracia. Solo entonces sería el momento lógico para restablecer relaciones".

El político republicano y actual alcalde de la ciudad de Coral Gables en Miami recuerda su época en La Habana como "desafiante".

"Yo traté muchas veces de entablar una conversación con las autoridades pero siempre me decían que no iban a hablar conmigo. Todo lo que yo hacía en Cuba les molestaba".

Provocaciones

Cason reconoce que disfrutaba provocar al gobierno de la isla.

 

Y en más de una ocasión esto generó en incidentes diplomáticos.

Él fue el cerebro detrás de un cartel lumínico que comenzó a difundir mensajes a favor de los derechos humanos desde lo alto de la sección de intereses de EE.UU. en pleno Malecón habanero.

Pero "lo que más les molestó fueron las luces de Navidad".

Cason recuerda cuando decoraron el jardín con "un inflable de Santa Claus de 9 metros, un muñeco de nieve y un enorme lumínico con el número 75. Ese detalle sí que los irritó".

"Me llamaron a capítulo y me amenazaron con expulsarme del país si no lo quitaba".

El incidente logró llamar la atención de la prensa internacional sobre el arresto de 75 presos políticos en la primavera de 2003.

"A mí me gustaba ser provocador, pero considero que lo que hacía era incitar a la reflexión".

"Yo creo que Castro me respetaba. Los gobiernos así respetan a alguien que los confronta y yo fue la primera persona que hizo eso en Cuba", afirma Cason.

"Si no les haces frente te aplastan. Por eso creo que con el gobierno de Cuba lo que funciona es la reciprocidad. Si me lo haces a mí te lo hago a tí. Y funcionó".

Cabo Cason

 

El gobierno de la isla no se demoró en responder.

En uno de sus discursos, Fidel se refirió a los planes de EE.UU. de invadir Cuba, pero puso en duda su capacidad para hacerlo ya que su hombre en La Habana era un "simple cabo", refiriéndose al grado militar.

"A partir de ese momento me convertí en el Cabo Cason", asegura el exdiplomático.

"Entonces Fidel comenzó a atacarme personalmente; se convirtió en una obsesión".

"Probablemente soy el único diplomático en la historia del mundo al que el gobierno anfitrión creó caricaturas en su contra que pasaba por la televisión nacional".

Cuba produjo una serie de nueve dibujos animados llamada "Cosas y Casos del Cabo Cason" donde ridiculizaban al jefe de la Sección de intereses.

 

"Yo era el personaje malo de la serie.

Aparezco flanqueado por dos gusanos cubanos (argot para los exiliados) hablando de la democracia y los derechos humanos. El propósito de las caricaturas fue decirles a los cubanos que debían temer el cambio", recuerda Cason.

"El gobierno cubano, y en general con esos gobiernos totalitarios, no soportan el humor. Son serios, y yo me reía del personaje. Y por eso no sabían cómo reaccionar", asgura.

"A mí me encantaba el personaje, y lo hice un pequeño muñequito y hasta una banderita con el personaje del Cabo Cason que la puse en mi auto oficial y a los cubanos les encantaba".

Nada positivo

Sobre el futuro de las nuevas relaciones entre ambos países, el político se muestra escéptico de vayan a beneficiar a los cubanos, más allá de la "élite gobernante".

"Hace 10 años cuando yo estaba en la Habana estábamos discutiendo sobre los mismos temas que ahora: migración, huracanes, tráfico de drogas, casos de pornografía infantil. Eso ya se conversaba incluso antes de tener relaciones diplomáticas".

 

"Con los cubanos se puede conversar de todo menos derechos humanos. En cuanto mencionas la palabra comienzan a gritar y a decir que ellos no tienen ningún problema de derechos humanos, que Estados Unidos sí."

Cason asegura que él no ve nada positivo en el restablecimiento de las relaciones si se queda solo en eso.

"Mientras más estadounidenses viajen a la isla significa que el dinero que gastan le llega al ejército, que es el que reprime al pueblo. Y eso envía un mensaje a los disidentes de que ellos no nos importan."

Cason cree que la política de diálogo y acercamiento implementada por el gobierno de Obama no es algo nuevo.

"Es la política más fallida del mundo". Por 55 años Cuba ha recibido turismo e inversión europea, y nada ha cambiado en la isla.

"Yo no creo que los viajes de estadounidenses vayan a tener ningún impacto en el régimen ni en más libertad y democracia para los cubanos".

Desde el anuncio del restablecimiento de las relaciones, las banderas de EE.UU y Cuba se ven por toda la isla.