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La ropa que puedes ponerte para burlar a la "sociedad de la vigilancia"

Estos diseñadores están produciendo prendas para "pasar bajo el radar", incluyendo telas que impiden el reconocimiento facial o nos roben los datos de nuestras tarjetas o nuestros celulares. BBC Culture las explora.

BBC Mundo

Sábado 27 de mayo de 2017

Imagina que estás viviendo en el futuro.

Las cámaras de vigilancia sondean las calles para reconocer y registrar las caras de los transeúntes, pero tú llevas una bufanda con figuras cinéticas que las confunden.

A través de cuadrados negros se ven ojos, narices y bocas. Los algoritmos de reconocimiento facial de las cámaras no funcionan.

Tu identidad está a buen resguardo. Tu privacidad, protegida. O al menos eso dice HyperFace, la empresa que está detrás de esta tecnología y que, como otras, dedican esfuerzos a "burlar" la cada vez más presente "sociedad de la vigilancia".

¿Pero esto es ciencia ficción o realidad?

Diseño antivigilancia

Presentada en enero, la tela HyperFace fue diseñada por el artista berlinés Adam Harvey y por Hyphen-Labs, un equipo internacional de diseño formado por mujeres para explorar puntos de encuentro entre tecnología, arte y ciencia.

Harvey se ha especializado en el diseño antivigilancia.

En un proyecto anterior, CV Dazzle, concibió peinados y maquillajes que dejaban sin efecto los software de reconocimiento facial, así como prendas reflectoras de calor, capaces de despistar a drones de vigilancia.

Cómo funciona

Cuando usas HyperFace la computadora recibe unas 1.200 posibles opciones faciales.

 

Para ello, Harvey se inspiró en la falsa coloración empleada por diversas especies del reino animal.

"En lugar de imaginar el camuflaje como un medio para reducir la visibilidad personal, HyperFace vuelve a pensar en la relación entre los conocimientos adquiridos y los antecedentes", dijo Harvey a BBC Culture.

"El objetivo es reducir la la capacidad de reconocer una verdadera cara, mediante la introducción de un fondo que recrea muchas caras falsas".

Protección corporal

Mientras que celebridades como Kim Kardashian hacen una carrera profesional basada en aumentar su visibilidad personal, muchos de nosotros preferiríamos permanecer fuera del radar.

Y mientras que en internet abundan consejos sobre seguridad digital, los diseñadores están llevandoel mercado de protección a un nuevo campo de batalla: el cuerpo.

Las nuevas creaciones en este campo son poderosas mezclas de moda, arte y tecnología que nos dicen mucho sobre el mundo en el que vivimos.

 

La vigilancia ha estado muy presente en la agenda de noticias desde mediados de 2013, cuando el contratista de la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos (NSA, por sus siglas en inglés), Edward Snowden, hizo público cuánto podía averiguar ese organismo sobre nosotros.

Desde entonces, las revelaciones han multiplicado rápidamente: Facebook, Google y Microsoft han entregado datos de los clientes en acuerdos secretos de la NSA.

Gemalto, uno de los mayores fabricantes mundiales de tarjetas Sim, también dijo que cree que sus sistemas fueron hackeados por las agencias de vigilancia estadounidense y británica.

Una respuesta artística

Los artistas han respondido a esta situación con rapidez: una nueva exposición ("¡Observados! Vigilancia, Arte y Fotografía"), inaugurada recientemente en la Galería C / O de Berlín, resume algunas de las contribuciones que los creativos internacionales han realizado sobre el debate de la privacidad.

Por otra parte, han surgido propuestas como las del dúo de diseñadores holandeses Project KOVR, quienes se han enfocado en descubrir maneras de proteger la biblioteca de información personal que todos llevamos encima a diario.

Esto incluye desde los datos de nuestros teléfonos, hasta los diminutos chips de computadora comúnmente incrustados en pasaportes, pasando por tarjetas de identificación y tarjetas bancarias.

"La ropa siempre nos ha protegido contra posibles amenazas de la biosfera. ¿Por qué no de la 'infósfera', esa red casi invisible de conectividad en la que somos tan vulnerables?"

Leon Baauw, Proyecto KOVR

La respuesta del proyecto KOVR es el abrigo antivigilancia, un traje plateado hecho de tela metálica, que actúa como una jaula, haciendo que los chips de computadora en las tarjetas bancarias y de identificación sean ilegibles, y que los teléfonos móviles no puedan ser rastreados.

Los diseñadores llaman a estas piezas "una contrarrevolución portátil", urgiéndonos a "permanecer humanos en un ambiente obsesionado con la información".

Hacerse visibles

La capacidad de elegir cuándo y cómo divulgar información sobre nosotros mismos, es una de las cosas que nos hacen humanos, argumenta el diseñador gráfico Leon Baauw, quien cofundó el Proyecto KOVR con la artista Marcha Schagen.

Baauw dice que su investigación se basó en la pregunta "¿qué significa para un ser humano ser siempre visible?".

En ese sentido, Baauw señala que la ropa está dejando de ser concebida como piezas de moda o de protección frente a los elementos, y está comenzando a ser vista como herramienta hacia la preservación de la privacidad y, en última instancia, la individualidad.

"La ropa siempre nos ha protegido contra posibles amenazas de la biosfera. ¿Por qué no de la "infoesfera", esa red casi invisible de conectividad en la que somos tan vulnerables? ", pregunta Baauw.

 

"Los diseñadores tienen una gran responsabilidad en la creación de un futuro mejor. Es motivador ver más y más proyectos que surgen con el objetivo de protegernos, recordándonos que nuestros datos y -por lo tanto- nuestra personalidad, está ahí fuera y en manos de cualquier persona o cualquier cosa ".

Un toque siniestro

El reconocimiento facial y el escáner digital podrían parecer mecanismos netamente de vigilancia, pero han dado pie a tecnologías más siniestras.

En uno de los proyectos de Fabrica, un centro de investigación de comunicaciones, ven un futuro en el que la tecnología de neuroimagen es capaz de escanear las mentes para detectar pensamientos sospechosos.

Asumen que, en un futuro orwelliano, simplemente pensar en una revuelta podría meterte en problemas.

Con eso en mente, los accesorios antivigilancia de Fabrica son objetos que pertenecen tanto al arte como a la moda, abordando esa frontera final: la privacidad del pensamiento.

Cada una de sus piezas busca provocar una reacción sensorial que atraerá la atención del usuario, cambiando repentinamente la actividad cerebral.

Por lo tanto, si el escaneo cerebral llegara a ser una realidad, ofrecerían una manera de evitar que sus pensamientos fueran leídos.

Los prototipos incluyen un sombrero que transmite pulsos de sonido a través del cráneoun collar que administra una descarga eléctrica suave y una máscara que distrae al usuario con luces intermitentes.

Por lo tanto, si se intenta un escáner cerebral, es más probable que los pensamientos del usuario sean leídos como "¡rayos, ¿qué es eso?!", en vez de cualquier plan para organizar una insurgencia civil.

Futuro cercano

La idea de contar con una tecnología que vigile neuroimágenes todavía parece ciencia ficción, pero los diseños de Fabrica, así como el trabajo de Harvey y el proyecto KOVR, expresan una preocupación genuina entre los diseñadores sobre lo que el futuro puede deparar.

 

"En lo que respecta a las nuevas tecnologías, algunos consumidores consideran que la mayoría de las empresas tecnológicas no implementan medidas de seguridad y privacidad", afirma Mano ten Nápel, editora del sitio de tecnología de moda FashNerd.

"Esto ha encendido una necesidad de protegernos, que se traduce lógicamente en el diseño de la tecnología que usamos. Es fácil imaginar un futuro en el que permanecer conectado no violará automáticamente nuestra privacidad ".

Por supuesto, hay maneras de maneras de expresar resistencia a la sociedad de la vigilancia.

Nick Knight, el influyente fotógrafo de moda, diseñó una camiseta para su amiga y supermodelo Kate Moss, luego que un grupo de paparazzis la persiguiera y acorralara en el aeropuerto de Los Ángeles.

Al ser expuesta al flash de las cámaras, se iluminaba un mensaje en la camiseta.

La expresión es muy ofensiva para repetirla aquí, pero la idea era muy clara: si no puedes vencerlos, diles que se vayan al diablo.