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La temible milicia iraquí que promete derrotar a ISIS

El líder del grupo chiita que se considera capaz de acabar con los militantes sunitas del Estado Islámico que avanzan en Irak recibió a la BBC en su sede y responsabilizó a Occidente del actual caos que vive el país.

24Horas.cl TVN

Martes 8 de julio de 2014

Jeremy Bowen BBC, Editor Medio Oriente

El comandante Haji Jawad al Talabwi me miró fijamente sin pestañear y me advirtió que es un hombre duro.

Me dijo que no revelara los secretos de Asaib Ahl al Haqq – el grupo militante chiita más poderoso de Irak- a los servicios de inteligencia.

Acabábamos de escucharlo poniendo las cosas claras por teléfono: lanzaba una alerta a quien fuera que estuviera al otro lado de la línea que decía que se habían introducido chalecos suicidas de contrabando. Si los sunitas ayudan a los militantes del Estado Islámico (antes conocido como ISIS, por sus siglas en inglés), los matarán, uno a uno si es necesario.

Haji Jawad mide unos 1,72m con sus botas y ropa de combate, y es de mediana edad. Tiene el aspecto de un hombre cuyas amenazas deben tomarse en serio.

Estábamos en un edificio ocupado por ellos en Djail, una pequeña y polvorienta ciudad unos 65 km al norte de la capital iraquí, Bagdad.

Haji Jawad es una figura militar de alto rango en el seno del grupo Asaib Ahl al Haqq o Liga de los Hombres Rectos. Parecía vanagloriarse de la reputación de su organización como grupo temible. ISIS, dijo, sabe bien con qué tipo de hombres tendrá que enfrentarse cerca de Djail.

 

Rusia envió recientemente aviones de combate a Irak.

"Creemos que hay una promesa divina que dice que ganaremos. Nuestros enemigos están aterrorizados incluso antes de vernos. Hemos recibido llamadas de teléfono desde la mayoría de las localidades ocupadas por los militantes, que se ofrecen a rendirse a cambio de su seguridad", reveló.

"Esto muestra lo asustados que están los militantes. Y es así por nuestros conocimientos en el arte de la guerra urbana y de guerrillas, y la experiencia que adquirimos al combatir contra los estadounidenses y británicos".

No es fácil encontrar la sede de Asaib Ahl al Haqq o ser admitido una vez se llega al lugar.

El grupo, que también es un movimiento político influyente, no es amigo de visitas casuales. Cambia de sede regularmente.

Pero habíamos sido invitados para conocer al jeque Qais al Jazali, líder de Asaib, así que hubo una bienvenida amistosa.

Combatiendo en dos frentes

El jeque, de unos 40 años, me recibió vestido con los ropajes oscuros y el turbante blanco característicos de los clérigos chiitas.

Enfatizó que el grupo es ahora un movimiento politico -además de fuerza militar- y aseguró, pese a su reputación, que no es sectario y que protegerá a todos los iraquíes frente a los invasores extranjeros.

 

El grupo se originó en la lucha contra los estadounidenses y los británicos tras la invasión de Irak en 2003. Entre las operaciones que los hizo conocidos está el secuestro de cinco hombres británicos en 2007, de los cuales sólo sobrevivió uno que fue liberado dos años más tarde.

Los hombres del jeque también han combatido en la guerra de Siria, del lado del régimen del presidente Bashar al Asad, logrando mantener el control de una zona de la capital siria, Damasco, que rodea a un altar sagrado chiita.

Qais al Jazali cree que las guerras de Siria e Irak son una e igual.

"Enviar a nuestros hombres a luchar en Siria fue la decisión correcta", me dijo. "Al Qaeda tiene mucha práctica en la lucha callejera. Si nuestros hombres no hubieran tenido la experiencia de Siria, al Qaeda e ISIS habrían ocupado Bagdad y no estaríamos aquí sentados".

El edificio actual de Asaib Ahl al Haqq, como muchos otros en Bagdad, está protegido por altas paredes contra explosiones, alambre con cuchillas y hombres armados.

Uno de los guardias viste una ajustada camisa de color tierra. A nadie parece importarle que esté decorada con el logo de la marina de Estados Unidos, su viejo enemigo, quizá porque fue una idea de algún diseñador de moda en algún lugar.

Fuerzas extranjeras

Ya en el interior de las instalaciones, el jeque Qais responsabilizó a Occidente de las penurias de Irak.

Asegura que fueron Estados Unidos y sus amigos quienes trajeron tantos problemas a Irak y abrieron la puerta a al Qaeda y sus grupos afines, incluido ISIS, en la actualidad el movimiento sunita yihadista más mortal.

El líder chiita acusó a Qatar de financiar a ISIS, como parte de un plan para extender el caos en la región. Arabia Saudita, por otro lado, financia según él a otros grupos sunitas, incluido el Frente Nusra, aliado oficial de al Qaeda en Siria.

Asaib Ahl al Haqq y sus líderes no guardan en secreto sus vínculos con los iraníes. Sus combatientes están entrenados por Irán que también suministra recursos. Son una de las pocas formaciones iraquíes que pueden atemorizar a ISIS en la misma medida en que ISIS atemoriza a todos los demás.

Pero el jeque Qais insistió en que no hay necesidad de que sus amigos iraníes envíen sus propias tropas.

"No queremos fuerzas militares de ningún país. Tenemos suficiente gente en Irak. No tenemos que traer ejércitos de otros países.

 

"Si Ud. se refiere a asesores, como ya sabe ahora en Irak no sólo hay asesores iraníes, sino también estadounidenses. Y quizá rusos, por los jets Sukhoi recientemente importados.

"Irak como estado no es fuerte, es débil, así que necesita asesoría y armas. Pero cuando se trata de soldados, Irak no necesita a nadie que venga a pelear sus guerras. El pueblo iraquí es valiente y se puede defender solo", subrayó.

En el campo de batalla al norte de Bagdad, sus hombres llevaron a la BBC a posiciones que, según ellos, estaban sólo a 500 metros de los combatientes de ISIS.

La guerra se combate en el ardiente centro del territorio iraquí.

No sólo tiene repercusiones a lo largo del país, está propaganado la inestabilidad y la amenaza por toda la región, especialmente a través de la falla que circula entre chiitas y sunitas.

Puede terminar afectando a países muy lejanos, en Europa y Norteamérica.

Las armas dominan este país.

Las conversaciones para alcanzar un acuerdo político que acabe con la influencia chiita en la política no conducen a ningún sitio.

Las fracturas religiosas y étnicas de Irak se profundizan día a día.