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Los escarabajos que trabajan limpiando cadáveres

Son cientos de miles y, desde 1924, ayudan a los científicos del Museo de Vertebrados de la Universidad de California a preparar a los ejemplares para su estudio y exhibición. ¿Por qué recurren a este método un tanto macabro?

24horas Administrator

Sábado 31 de octubre de 2015

En un día normal, Theresa Barclay puede llegar a lidiar con un centenar de animales muertos.

Prepararlos para su posterior estudio y exhibición es parte fundamental de su trabajo en el Museo de Vertebrados de la Universidad de California, en Berkeley, Estados Unidos.

Es una tarea que no hace sola.

Cuenta con la ayuda de cientos de miles de asistentes: un equipo inmenso de escarabajos que se alimentan de carne podrida y que, cuando se les ofrece un cadáver, sólo dejan los huesos.

"Hay muchas maneras de preparar esqueletos", le explica Barclay a BBC Mundo.

"Una es macerarlos, un método muy simple que es como hacer caldo de pollo: pones al animal en agua, y las bacterias se encargan de ir descomponiendo el cuerpo".

"Pero en muchos casos, el uso de derméstidos permite obtener mejores resultados", dice esta joven encargada de las colonias de escarabajos del museo.

La gran ventaja de estos insectos es que no dañan los huesos, un requerimiento crucial cuando se trata de animales pequeños y delicados.

Y la tarea la hacen con una rapidez sorprendente.

En cuestión de horas, pueden devorar la cabeza de un ratón o una gaviota.

Aunque no siempre están dispuestos a comer cualquier cosa que se les ofrezca: si el espécimen es viejo o se mantuvo preservado en alcohol, pueden mostrarse reacios a probar bocado.

Tecnología verde

La velocidad a la que pueden hacer desaparecer la carne putrefacta depende sobretodo de la estación -en verano por ejemplo son más voraces, mientras que en invierno suelen perder un poco el apetito- y de la fase de desarrollo: cuando son larvas es cuando trabajan con más ahínco.

Al usarlos, estamos "aprovechando el comportamiento natural de un insecto", asegura Barclay.

"Es esencialmente un método verde, amigable con el medio ambiente".

Otro detalle de no menor importancia es el del olor, que es menos intenso que el que producen los otros métodos y hasta –podríamos decir- relativamente más agradable.

"Los desechos que excretan son como aserrín, tienen un olor particular pero no es intenso, se parece al de una habitación vieja", cuenta la investigadora.

Colonia antigua

Esta metodología no es exclusiva del laboratorio de Berkeley. Lo usan otras instituciones como por ejemplo el Museo de Historia Natural del Smithsonian, en Washington, o el Museo de Historia Natural de Londres, por las mismas razones.

 

"Estos escarabajos son muy eficientes, prosperan a temperatura ambiente pero a esta temperatura no pueden volar", le dice a BBC Mundo Patrick Campbell, curador de reptiles del museo en Londres.

"Además, no pican".

Pero lo peculiar de la colonia de escarabajos del museo de California -una de las instituciones pioneras en esta técnica- es que los insectos que trabajan allí hoy día son los descendientes de la primera colonia establecida en 1924.

Desde entonces, la colonia vive a una distancia prudente de los especímenes en exhibición.

La separación espacial se mantiene porque en el supuesto caso que se dieran a la fuga, pueden causar estragos en la colección, alimentándose de la piel de y tejido seco de los animales alojados en las galerías de los museos.

Para evitar accidentes, es común albergarlos en otro piso o incluso en otro edificio. Aunque quienes trabajan con ellos siempre toman la precaución de verificar que no se llevan consigo ningún polizón.

"Pueden escaparse. Una o dos veces encontré uno sobre mi cuerpo. Hay que tener cuidado, pero lo bueno es que no van demasiado lejos", dice Barclay.

Por otro lado, tienen buenas razones para quedarse donde están: mientras haya ejemplares, tienen el sustento asegurado.

Y cuando no hay, explica Campbell, los alimentan en el museo "con galletas para perros".