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¿Por qué aún se sabe tan poco sobre la muerte de Alberto Nisman?

Casi seis meses después de que el fiscal argentino Alberto Nisman fuera hallado sin vida con una bala en la cabeza, los interrogantes se agolpan y las dudas crecen.

24horas Administrator

Martes 2 de junio de 2015

En la calurosa madrugada del 19 de enero, media Argentina se quedó en vilo, sobresaltada ante la inesperada muerte del fiscal Alberto Nisman.

Hacía sólo unos días antes había acusado a la mismísima presidenta de ayudar a encubrir a los responsables del mayor atentado terrorista de la historia del país.

"¿Cuándo? ¿cómo? ¿por qué murió Alberto Nisman?", se preguntaba sobresaltado el país.

Y quizás el que fue el mayor interrogante de todos: ¿Se suicidó el fiscal a cargo de investigar el atentado contra el centro judío de la AMIA, en julio de 1994? ¿O asesinaron al mismo hombre que involucró a Cristina Fernández de Kirchner en una trama con Teherán para ayudar a escapar a supuestos terroristas de Irán y Hezbolá?

Han pasado seis meses, idas y vueltas en la investigación, campañas de apoyo a la figura de Nisman, campañas de difamación, filtraciones a la prensa, desmentidos, intentos de apartar a la fiscal a cargo, se desestimó la denuncia contra la presidenta y se han dado grandes dosis de conmoción.

Pero las preguntas esenciales: cuándo, cómo, por qué murió Alberto Nisman, siguen sin respuesta.

 

¿Se suicidó o lo mataron?

La fiscalía argentina sigue catalogando el caso con la carátula de "muerte dudosa".

La exmujer de Alberto Nisman, la jueza Sandra Arroyo Salgado –quien es parte querellante en la causa– no tiene dudas de que el fiscal fue asesinado.

Cree que, tras haber recibido numerosas amenazas por sus investigaciones, Nisman fue llevado hasta el baño de su apartamento en el exclusivo barrio de Puerto Madero y que allí fue obligado a arrodillarse. Alguien le disparó desde atrás, según los peritos elegidos por esta jueza.

Por el contrario, un perito designado por la defensa de Diego Lagomarsino, el exempleado de Nisman que dice que le prestó el arma que apareció en el baño -y único imputado hasta ahora en el caso- cree "claro" que el fiscal se suicidó.

Y mientras, la fiscal a cargo del caso, Viviana Fein, considera que aún no tiene elementos suficientes para decantarse por ninguna de estas dos hipótesis.

Muchos confiaban en que una Junta Médica que reunió a prestigiosos investigadores designados por la Corte, por la querella de Arroyo Salgado y por la defensa de Lagomarsino, ayudaría a alcanzar de manera consensuada una conclusión.

Pero esta junta determinó que no hay indicios para sostener con rigor médico un homicidio, aunque tampoco lo descartó. Los peritos designados por la familia de Nisman habían abandonado el grupo antes de redactar el informe final, presentando sus propias conclusiones.

Ahora se espera que una junta criminalística, que se reunirá en los próximos días, pueda arrojar algo de luz sobre el caso más complejo al que se ha enfrentado la Justicia argentina en años.

 

Este domingo, el periodista Jorge Lanata –el comunicador favorito de los opositores del gobierno; el más detestado por los kirchneristas– difundió en su programa el video de la Policía Federal que mostraba las primeras horas del operativo dentro del departamento de Nisman aquel 19 de enero.

Investigadores sin cubrirse los zapatos entrando y saliendo del baño encharcado donde se halló el cadáver de Nisman, peritos recogiendo huellas dactilares sin los guantes puestos, la pistola Bersa de la escena limpiada por un funcionario con papel higiénico tomado del cuarto donde estaba el fiscal.

 

Una serie de procedimientos fuertemente cuestionados por los medios y por expertos en criminalística del país, que temen que la falta de cuidado en el peritaje pueda haber dificultado la lectura de huellas, obviado evidencias o retrasado la resolución del caso.

"Es probable, puede haber un riesgo" de que se haya contaminado la escena, le dice a BBC Mundo la criminóloga María Laura Quiñones Urquiza, autora del libro Rastros Criminales.

"Toda huella que se superponga con otra es un problema. Lo que vale para un cotejo es la huella parcial, no total", explica.

"A mí me llamó la atención que los testigos no tuvieran protegidos los pies", dice como ejemplo.

"Todas esas huellas (de testigos, de peritos, de la fiscal) son luego consignadas, luego se cotejan, pero pueden hacer que se pierda tiempo. Lo que corresponde es cuidar la escena como un quirófano", asegura.

 

¿A qué hora murió Nisman?

Una pregunta (aparentemente) tan sencilla de responder como la hora aproximada de su muerte también genera disenso.

La autopsia de Alberto Nisman se realizó el lunes 19 de enero, entre las 8 y las 10 de la mañana.

Y según los peritos de su exmujer, el fiscal murió 36 horas antes: en la noche del sábado 17 de enero y no en la mañana del 18, como habían sugerido investigaciones anteriores.

Esta diferencia puede ser clave, pues Lagomarsino visitó a Nisman en las últimas horas de la tarde del sábado. Arroyo Salgado sospecha que el técnico informático pudo tener un papel más determinante en la muerte de su exmarido.

 

La difusión del video volvió a poner en primera plana la muerte de Nisman y sembró la duda sobre cómo se recabaron evidencias y qué paso exactamente en el departamento del fiscal en las primeras horas de la madrugada.

"No se contaminó la escena del crimen", respondió categórica la fiscal a cargo de la investigación, Viviana Fein.

"Fueron todos (los peritos) con todos los elementos que se requieren en cualquier causa de muerte (…) la pericia del cuerpo médico forense fue brillante", dijo Fein a Radio Vorterix.

"Que no nos pongan esa famosa ropa aséptica es muy común en Argentina", le dijo Fein al programa de la BBC Our World.

"He ido a muchos homicidios y a muchas muertes donde a mí no me visten de esa manera tan particular, porque nosotros no tocamos la escena, nosotros miramos desde donde podemos mirar", aseguró la fiscal.

Fein, una fiscal que goza de prestigio en los círculos judiciales de Buenos Aires, lleva meses enfrentada con la exmujer de Nisman, jueza también de reconocida trayectoria, que casi desde el comienzo de la investigación puso reparos a cómo la fiscal estaba conduciendo el proceso.

Designó a sus propios peritos de confianza, que en visitas posteriores al departamento dijeron haber hallado nuevas evidencias "que habían sido pasadas por alto" en otras ocasiones.

 

¿Entró alguien en su computadora o teléfonos?

Los investigadores reconocen que algunas de las claves sobre la muerte de Nisman pueden estar escondidas en los archivos informáticos del fiscal.

La División Cibercrimen de la Policía Metropolitana se encarga de hacer los peritajes de las notebooks del fiscal y también se ha solicitado que se analicen sus últimas llamadas.

Según el diario La Nación, una de las computadoras registró un ingreso a la máquina en la tarde del domingo, cuando Nisman estaba ya muerto, pero antes de ser encontrado.

De acuerdo al diario, se introdujeron tres dispositivos de memoria portátil que podrían haber alterado, borrado o añadido archivos al equipo informático del muerto.

Sin embargo, aún no se publicó un informe final.

El caso Nisman no es uno más.

En Argentina esperan ansiosos un desenlace que tarda en llegar: por la naturaleza burocrática del sistema argentino, por las diferencias entre la fiscal y la querellante que obligan a nuevos estudios, por la enorme presión mediática y política para resolver el caso.

Y sin embargo, existe también en el país la sensación de que –sea cual sea la conclusión del caso– pocos confiarán al 100% en lo que diga la Justicia, una institución fuertemente cuestionada.

"Este es un caso que representa un antes y un después, donde se hacen públicas muchas cosas que no deberían serlo. Eso tiene pros y tiene contras", añade Quiñones Urquiza.

"A favor es que estamos viendo (en medios) cómo es la cocina de la investigación", dice.

"En contra es que puede ser una especie de espada sobre la pared para la fiscal sobre cómo tiene que ser dirigida la investigación".