Fábrega, quien estuvo al frente del Banco Central desde noviembre del año pasado, provenía del ámbito financiero.
La silla del Banco Central de la República Argentina ha sido tradicionalmente una de las más calientes de la economía nacional. Al largo listado de presidentes efímeros se añade ahora Juan Carlos Fábrega, el cuarto en ocupar el cargo bajo los tres gobiernos del matrimonio Kirchner-Fernández.
Su salida, aunque repentina, no fue del todo sorprendente. Los vaivenes de la moneda nacional y, sobre todo, los movimientos relacionados con la compra de dólares, habían puesto a la institución en la mira.
Tanto que sólo un día antes de la renuncia de Fábrega, la propia presidenta deslizó en un discurso televisado que las autoridades no estaban realizando los suficientes controles para evitar la especulación con divisa estadounidense.
“Parece que se filtró información, porque hubo bancos con información privilegiada que cuando todos compraban dólares, ellos vendían”, expresó Cristina Fernández de Kirchner un día antes de que el presidente del banco, que seguía el discurso en primera fila, presentara su renuncia “indeclinable”.
NUEVO PERFIL
Fábrega, quien estuvo al frente del Central desde noviembre del año pasado, provenía del ámbito financiero y era un viejo conocido de la City porteña, después de haber hecho gran parte de su carrera en el Banco Nación.
Su relevo será Alejandro Vanoli, que hasta el momento se desempeñaba al frente de la Comisión Nacional de Valores.
Vanoli, licenciado en Economía en la Universidad de Buenos Aires, ya había desempeñado otros cargos en la CNV, en el ministerio de Economía y en el propio Banco Central.
Es el cuarto jefe del Banco Central que es cambiado durante los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández.
Y es un conocido miembro del llamado Plan Fénix, un grupo de economistas heterodoxos surgido tras la crisis de 2001 que tradicionalmente han apoyado gran parte de las políticas económicas del kirchnerismo.
Pero ante todo, es considerado como uno de los hombres de confianza de la presidenta y alguien que ha defendido fervientemente algunas de las políticas más controvertidas, como las restricciones a la compra de divisas o la pelea con el grupo mediático Clarín.
Siendo jefe de la CNMV llegó a atacar la publicación en medios del precio del dólar en el mercado negro -una popular fuente de compra ilegal de divisas para la clase media y alta argentina-.
“Están queriendo instalar un tipo de cambio que en primer lugar es ilegal, como si se publicara el precio de la cocaína en un medio de prensa, pero además es poco significativo”, dijo entonces.
Vanoli fue además uno de los artífices de la Ley de Mercado de Capitales, una polémica norma que según los opositores al gobierno abría la puerta a la intervención del Estado en el directorio de empresas que cotizan en bolsa.
¿RADICALIZACIÓN?
Su elección como sustituto de Fábrega despertó pronto las dudas sobre su nuevo papel al frente del banco ¿significa que el Central estará supeditado ahora a las políticas del ejecutivo? ¿Mantendrá Vanoli cierta independencia en su manejo del Banco?
“Está cumplido el objetivo de (el ministro de Economía) Kicillof de quedarse con el Banco Central. Esto sucede cuando el Banco Central no es independiente”, dijo el expresidente de la institución y hoy opositor Alfonso Prat Gay a medios locales.
"Lo que vamos a ver una profundización de los que vimos en los últimos dos meses, con un Banco Central que cada vez vende menos dólares a los importadores”, aseguró.
El relevo de Fábrega será Alejandro Vanoli, que hasta el momento se desempeñaba al frente de la Comisión Nacional de Valores.
Otro expresidente de Banco Central, que renunció en 2010 ante su desacuerdo con el gobierno por el manejo de las reservas, Martín Redrado, argumentó que "el episodio de hoy profundiza la tendencia de los últimos tiempos: el Banco Central era el gran proveedor de pesos ante las necesidades del Gobierno nacional”.
“Cada vez cuenta con menos dólares, lo que permite proyectar mayor tensión cambiaria”, alertó.
Otro exjefe del Central, Rodolfo Rossi, aseguró por su parte que a Vanoli lo ve "mejor para el Banco Central y con mayores perspectivas que en el caso de Fábrega" y añadió que "es un paso bien dado, máxime después de las palabras de la presidente”.
UN MOMENTO ADVERSO
Vanoli asumirá la dirección del Banco en un momento complejo para las finanzas del país.
La renuncia se produce en momentos en que Argentina atraviesa un default, por un fallo de la Justicia de Estados Unidos que le prohibe pagarle a sus acreedores hasta que la pague también a un grupo de holdouts que reclaman el pago total de sus bonos.
Y esta semana, el mismo juez que impide el pago a los bonistas decidió declarar a Argentina en desacato por intentar sortear su sentencia, sin que aún se conozca realmente cuáles pueden ser las consecuencias de ello.
Pero además, Vanoli tendrá la tarea de garantizar la estabilidad en un país acosado por los altos niveles de inflación, la escasez de reservar y la presión de grupos empresariales para lograr un cambio de rumbo en el manejo de la economía.
El nuevo cerebro del Banco tiene en teoría hasta 2019, plazo en que se vencía el periodo de Fábrega, para lograrlo.
Pero casi todos en Argentina dan por hecho que será en este año que entra, el último del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y de elecciones presidenciales, cuando se defina el futuro del Banco, de la economía argentina, y del mismo Vanoli.