Sabaneta, entre humilde y coqueto, sería un pueblo más del tórrido llano venezolano si no fuera porque precisamente allí nació y creció Hugo Chávez.
Alfredo Aldana, amigo de la infancia, atesora algunas fotos de Hugo Chávez.
Incrustado en plena llanura, ese horizonte amarillento salpicado de árboles al que tantas veces le cantó Chávez, Sabaneta es la típica isla de coloridas casas bajas y planta rectangular.
A la sombra de un porche me encontré a Alfredo Aldana, su gran amigo de la infancia. Me esperaba luciendo la característica boina roja de paracaidista que vestía cuando Chávez saltó a la fama por un golpe de Estado el 4 de febrero de 1992.
Alfredo, divertido entrenador de voleibol jubilado de pelo totalmente cano, es capaz de pasar horas entre bromas, críticas a la oposición y sobre todo anécdotas de los años de juventud del que fuera durante 14 años presidente de Venezuela.
Con él compartió su infancia hasta que se fue a estudiar la enseñanza secundaria a Barinas, a menos de una hora en carretera. "Pero seguía viniendo los fines de semana para pasarlos con la abuela. Él nunca se fue de Sabaneta", aclara.
Como un tesoro guarda algunas fotos en las que el mandatario aparecía jugando a béisbol en 1986, o tras salir de la cárcel de Yare en 1994. También de cuando fue a visitarlo, ya de presidente, al palacio de Miraflores.
Las fechas las recita como si las estuviera leyendo en su memoria. La última vez que habló con Chávez fue el 2 de enero de 2012, cuando el presidente, ya con cáncer, visitó el pueblo.
"Me llamó. Ya sabía que estaba listo. No me lo dijo, pero yo a él lo conocía bien. Él ya lo sabía", cuenta.
EL GRAN AMOR
Aunque fue "una cosa de muchachos", la primera novia de Chávez conserva la foto que le envió desde la Academia Militar.
A poco de que se cumpliera un mes de su fallecimiento, en Sabaneta también me encontré con Telma Torres, su primer novia. "Era un conquistador pero no me daban celos porque siempre andaba conmigo", asegura.
El propio Chávez, que luego se casaría dos veces, dijo públicamente que ella fue el gran amor de su vida. "La gente me empezó a preguntar cuando él dijo eso. Para mí fue una cosa de muchachos, yo luego me casé y tuve hijos", cuenta.
Con Chávez mantuvo "un romance desde niños". Luego él se fue a la academia militar, desde donde le dedicó una foto uniformado que muestra con orgullo. "No la tengo enmarcada porque siempre pensé que me la volvería a firmar, pero ahora sí la voy a plastificar", asegura.
El paso de Chávez por la academia en Caracas diluyó lo que para entonces ya era una relación epistolar y comenzó una amistad a distancia que llegó hasta el golpe de 1992. "El golpe fue lo que nos separó".
Foto: Reuters