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Una máquina voladora que aletea como una medusa

Un recién creado artefacto volador se mantiene estable en el aire gracias al aleteo de sus alas. Pero esta vez, su diseño no se inspiró en las criaturas que surcan el aire sino en una de las especies que nadan en el mar.

24Horas.cl TVN

Jueves 16 de enero de 2014

Parece una lámpara pequeña, pero es capaz de levantar vuelo y mover delicadamente sus alas.

Los científicos que crearon este artilugio aseguran que es la primera máquina voladora –o drone– que puede mantenerse en el aire de forma estable gracias a su aleteo.

Otros diseños anteriores imitaban los movimientos de las alas de algunos insectos, pero la inspiración del nuevo drone no está en el aire sino en el agua: es la forma en que nadan las medusas.

El prototipo construido por científicos de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, puede recuperarse de las turbulencias y mantenerse erguido en el aire.

Leif Ristroph y Stephen Childress, autores de este trabajo que publica la revista Interface de la Real Sociedad británica, dicen que su artefacto muestra el valor de investigar estrategias voladoras aún no exploradas por la evolución.

ALETEO

La mayoría de los esfuerzos para construir aeronaves capaces de batir sus alas –u ornitópteros– han basado sus diseños en el vuelo de insectos.

Pero esto genera artefactos inestables por naturaleza, que tienden a voltearse.

Para su estabilidad, este tipo de aparatos requiere o bien sistemas de control activos o el añadido de velas o colas que actúen como reguladores aerodinámicos.

Para este nuevo trabajo, los investigadores se inspiraron en las medusas y se propusieron conseguir un vuelo estable sólo con la ayuda del batir de las alas.

Así desarrollaron un prototipo de 10cm con cuatro alas que demostró una tendencia inherente a mantenerse erguido durante el vuelo.

"En el futuro, artefactos voladores a escala pequeña podrían utilizarse en aplicaciones que van desde misiones de vigilancia o reconocimiento a la observación del tráfico o la calidad del aire", escribieron los investigadores en Interface.

El aerodino con alas que han creado, añaden, supone un paso adelante en esa dirección.

"Dependiendo de su aplicación, el control activo sobre un diseño intrínsecamente inestable puede ser mejor que la estabilidad pasiva", precisaron Ristroph y Childress.

"En todos los casos, comprender las dinámicas de vuelo inherentes es importante para idear los esquemas de control que hacen falta para maniobrar y para mantener la estabilidad y la dirección ante turbulencias inesperadas".