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Exhiben pruebas que demuestran el encubrimiento de Barros a Karadima

Ciper Chile enumeró las pruebas que demuestran las operaciones de encubrimiento por parte del obispo de Osorno, hechos que el Papa Francisco tildó de "calumnias" en su reciente visita a Chile.

24Horas.cl Tvn

Miércoles 31 de diciembre de 1969

Ciper Chile enumeró las pruebas que demuestran el encubrimiento ejercido por el obispo Juan Barros al sacerdote Fernando Karadima, lo que para el Papa Francisco en su reciente visita a Chile fue calificado como "calumnias".

Según detalla el sitio de investigación periodística, las acusaciones contra Barros no surgieron por su nombramiento como obispo, sino que mucho antes de esta designación. Tres años antes, en 2012, llegó el primer testimonio por parte del ex seminarista Juan Carlos Cruz que lo apuntó como encubridor de los abusos de Karadima, a quien tanto la justicia ordinaria como la eclesiástica consideraron responsable de abuso sexual de menores, perpetrados durante las décadas de 1980 y 1990

El obispo Cristian Contreras me pidió en 2006 que escribiera todo lo que me había pasado con Karadima (…). Con Cristián Contreras siempre hemos sido amigos, desde que yo era seminarista, él me ayudó y me apoyó cuando me salí de (la parroquia) El Bosque. Por eso tuvo la confianza de decirme ‘escríbete algo’. Pero yo nunca le había contado toda la historia de los abusos sexuales, porque me daba mucha vergüenza, aunque cuando lo hablaba lo dejaba entrever. Y creo que él entendía. Más tarde, cuando ya el escándalo era público, a raíz de cómo se estaba portando el cardenal Errázuriz frente a las acusaciones y de lo que ya se hablaba por distintos testigos, de las acciones de encubrimiento del obispo Andrés Arteaga, de que los obispos Juan Barros y Tomislav Koljatic le daban besos a Karadima y también veían como el cura les daba besos a otros, y no pasaba nada, llamé a Cristián Contreras”.

 

Además, la víctima de Karadima explicó que decidió llevar su testimonio por escrito ante el entonces canciller del Arzobispado de Santiago, el sacerdote Hans Kast, para formalizar su denuncia contra Karadima y los obispos que lo habían encubierto.

Según la versión de Cruz, Barros también fue cómplice del ex párroco de El Bosque en la violación del secreto de confesión. Eso ocurrió en 1987, cuando el denunciante aún no asumía públicamente su homosexualidad y, bajo la reserva del sacramento de la confesión, había compartido con Karadima su secreto. Dicha información fue utilizada por el sacerdote para exigirle obediencia, sometiéndolo a un permanente abuso de poder.

El medio acota que Barros nunca ha reconocido su participación en esos juicios abusivos cometidos por Karadima y niega la existencia de la carta que recibió el rector del seminario, Juan de Castro, en la que se violó el secreto de confesión de Juan Carlos Cruz.

Sumado a ello, en marzo de 2011, Ciper publicó las declaraciones de otra víctima de Karadima, James Hamilton, quien detalló sufrir durante años abusos sexuales por el ex párroco. Además, pese a que no los acusa como encubridores, si mencionó al obispo de Osorno y al obispo auxiliar de Santiago, Andrés Arteaga, como testigos de las conductas impropias del sacerdote.

 

“(Cuando evitaba subir a su pieza y no cedía a sus presiones) recuerdo que en una oportunidad mandó a varios sacerdotes, entre ellos a monseñor Arteaga, monseñor Juan Barros y otros que ya no recuerdo. Eran seis sacerdotes que me hablaron en una de las salas de reuniones del templo. Se me indicó que mi fe flaqueaba y que el padre Karadima no estaba contento conmigo y que debía rezar más y comprometerme con la parroquia. La presión fue superior a mis fuerzas y cedí nuevamente”.

En otro programa de televisión, Hamilton relató que “No se olviden de Tomislav KoljaticJuan BarrosHoracio ValenzuelaAndrés Arteaga (…). Obispos que estuvieron presentes y con nosotros veían las mismas cosas, los besos, los toqueteos. No estaban metidos en la pieza (…), pero vieron las mismas cosas. Vieron cuando les daba besos a este, vieron cuando le corría la boca o le agarraba los genitales al otro”.

En esa línea, poco después de la nominación de Barros en Osorno, en febrero de 2015, Juan Carlos Cruz presentó por escrito una denuncia en su contra en la Nunciatura Apóstolica, en la que relata la primera acusación formal contra Karadima ante el cardenal Fresno entre 1980 y 1981, casi tres décadas antes que el ex párroco fuese investigado y sancionado. Esa denuncia fue entregada, por escrito, a su entonces secretario Juan Barros, pero según la versión de Cruz, no llegó a destino.

Juan Francisco Gómez Barroilhet testificó en el juicio contra Karadima que entregó una carta a Juan Barros en el año 1980-1981 que contenía acusaciones de abusos, para que el cardenal Fresno hiciese algo. Esa carta, dice Gómez, nunca llegó a manos del cardenal y testigos cuentan que Juan Barros la habría destruido. Cada vez que alguien trataba de hablar, Juan Barros, Tomislav Koljatic, Horacio Valenzuela y Andrés Arteaga, entre otros, nos amenazaban”.

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