Luego del rechazo a la iniciativa original -tras críticas por las penas-, la Presidenta de la República, Michelle Bachelet, firmó este lunes el envío de una nueva "Ley Emilia" que aumenta las penas contra los conductores ebrios que causen lesiones o muerte.
"No es justo que la responsabilidad de algunos que afecta a inocentes no tenga una pena adecuada en nuestra legislación (...) Chile necesita penas que se condigan con la gravedad del delito y que esas penas tengan efecto disuasivo real", expresó Bachelet.
La Mandataria aclaró que "no se trata de ensañarse" con quienes manejan bajo el efecto del alcohol, sino que se "se trata de que las penas sean proporcionales al daño causado".
El nuevo proyecto recoge ideas de la primera "Ley Emilia" y establece que frente a la conducción en estado de ebriedad con resultado de lesiones graves o muerte se mantiene el piso de tres años y un día de cárcel y se eleva el techo hasta 10 años.
Además, se tipifica un nuevo delito cuando la persona que cause un accidente huya del lugar y se asegura un piso de 5 años en el caso de que el protagonista del fatal incidente sea una persona que trabaja precisamente manejando, como un taxista.
En la ceremonia en el Palacio de La Moneda estuvieron presentes los familiares de varias víctimas de conductores alcoholizados, entre ellos los padres de la pequeña Emilia Silva Figueroa (de nueve meses), quien murió en 2013 e inspiró el proyecto que lleva su nombre.
Según cifras que maneja el Gobierno, en 2 de cada 10 accidentes fatales está presente la ingesta de alcohol.
El proyecto ingresará al Congreso con suma urgencia.