Unos 50 documentos del Departamento de Estado que contienen cientos de páginas de información clasificada sobre la muerte del ex canciller Orlando Letelier en 1976 en Estados Unidos fueron entregados al gobierno chileno por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, el lunes recién pasado, pero fueron liberados este jueves para su acceso público.
Los documentos recogen unas 42 declaraciones de antiguos oficiales del régimen de Pinochet recogidas por un equipo del FBI y el Departamento de Justicia de Estados Unidos liderado por John Beasley, que viajó a Santiago en la primavera de 2000, y que trabajó con fiscales y detectives chilenos. "Esos testigos proveyeron extensos testimonios sobre el rol y las motivaciones de Augusto Pinochet al marcar como objetivo a Orlando Letelier", señala uno de los documentos.
Al mismo tiempo hay papeles, como el oficio que en septiembre de 1975 dirige Manuel Contreras a Pinochet solicitándole una partida adicional de 600 mil dólares para el presupuesto de la DINA destinados a la "neutralización de los principales adversarios de la Junta de Gobierno en el exterior, especialmente en México, Argentina, Costa Rica, Estados Unidos, Francia e Italia".
Una de las declaraciones más concretas es la del ex teniente Armando Fernández Larios, quien viajó a Estados Unidos junto a Liliana Walker para planificar el crimen de Letelier. El ex oficial de la DINA se fugó luego a Estados Unidos, donde colaboró con la justicia y culpó del crimen directamente a Manuel Contreras, Pedro Espinoza y Michael Townley del crimen. En los documentos asegura que fue "testigo" de conversaciones entre Contreras y el entonces fiscal que investigaba el crimen, Héctor Orozco, para encubrir el crimen, y dijo que Pinochet ordenó el atentando contra Letelier".
Por el contrario, ninguno de los oficiales entrevistados por la justicia estadounidense involucra a Pinochet en la muerte de Letelier. De hecho, niegan haber tenido alguna información sobre Letelier e incluso el teniente general César Raúl Benavides -en su declaración- asegura no haber conocido ni conocer al coronel Pedro Espinoza Bravo, el segundo hombre de Contreras.
Por el crimen de Orlando Letelier fueron condenados, entre otros, el recientemente fallecido Manuel Contreras y el coronel Pedro Espinoza Bravo, en el marco de un caso en que el gobierno de Estados Unidos estaba particularmente interesado, pues el homicidio no solo se llevó a cabo en Washington, sino que junto a Letelier murió producto de la bomba colocada en el automóvil en que ambos viajaban su asistente norteamericana, Ronni Moffit, y su marido, Michael, resultó inválido.
El informe clave que la CIA aún no se desclasifica
Pero Juan Pablo Letelier, hijo del asesinado ex canciller y quien puso a disposición de la prensa los documentos a los él que tuvo acceso 24 horas antes como una cortesía del gobierno chileno, aseguró que estos papeles permitirán no sólo concluir que el fallecido general Augusto Pinochet sabia del crimen, sino que incluso alguna vez pensó en eliminar a Manuel Contreras para que no hablara del asesinato.
Dicha declaración, dijo Letelier, está contenida en un informe que el ex secretario de Estado, George Schultz (1982-1989) envió al Presidente Ronald Reagan, donde basado en informaciones de la CIA le relata que Pinochet temía que Contreras lo involucrara en el crimen y, por lo mismo, pensó en eliminarlo. Dicho documento, sin embargo, no ha sido desclasificado aún y Juan Pablo Letelier precisa que más bien se llega a esa conclusión al analizar los documentos a los que tuvo acceso ayer y que aluden a ese informe de la CIA.
"Schultz le manda una carta a Reagan donde hace referencia a un documento de la CIA, ese documento establece no solo las responsabilidades de Pinochet en el crimen y en el encubrimiento y dice que estaba considerando la eliminación de Contreras para que él no pudiera decir quién le dio la orden. Eso es coincidente con la fecha en que se hablaba que Contreras había sacado bultos con evidencia y pruebas hacia Panamá y que eso sería su seguro de vida", dijo Letelier.
"Contreras solo rendía cuentas a Pinochet"
En los papeles está el testimonio de Federico Willoughby, quien fue secretario de la Junta de Gobierno. Este declaró que cuando el general Pinochet leía sobre las actividades de Letelier en el exterior "expresaba su desagrado o molestia por la existencia y contenido de tales informaciones".
También afirmó que el general Manuel Contreras, considerado luego el autor intelectual del crimen, "no rendía cuentas a la Junta de Gobierno, sino solo al general Pinochet".
Añadió que Contreras "tenía una relación muy real e íntima y de mucha confianza con Pinochet" y que incluso lo acompañaba desde su residencia hasta su oficina, "alterando la costumbre de que yo era la primera persona que el Presidente recibía para informarse de las noticias del país y del extranjero".
Dijo que él se enteró del crimen de Orlando Letelier cuando, mientras era sometido a una diálisis en el Hospital Militar, irrumpió en la pieza su amigo Armando Fernández Larios con el vespertino La Segunda, que consignaba en su primea página "una fotografía y título de ese crimen atroz".
Sobre Letelier, el general César Raúl Benavides reconoce en su declaración que "tuve oportunidad de escuchar antecedentes sobre su actividad en Europa, que eran completamente contrarias y lesivas a los intereses de la Nación y de allí que se privara de su nacionalidad al señor Orlando Letelier del Solar".
La enigmática Liliana Walker
Según el senador Letelier, hijo del asesinado ex canciller, "tenemos la esperanza de que estos documentos permitan clarificar, por ejemplo, la participación de Pinochet al ordenar el asesinato de nuestro padre y su rol en el encubrimiento y que se logre descubrir el rol de Cristián Labbé en los intentos de acallar las declaraciones de Armando Fernández Larios, que se fugó a Estados Unidos".
Letelier dijo tener la esperanza de que estos documentos también clarifiquen el papel de Fernández Larios en otros crímenes, como el Carlos Prat y el de de David Silberman en el marco de la Caravana de la Muerte.
Respecto de Fernández Laríos, aparentemente en 1989 -el documento no está fechado- Richard Jarvis, de la Sección de Política de la Embajada de Estados Unidos, informó al embajador que se había reunido con el gerente general del diario La Época, Pablo Berwart, en su oficina y a petición de éste. Bewart le informó a Jarvis que Pedro Diet, un hombre que él conoció en 1988, tenía información sobre la identidad de la agente Liliana Walker.
El año anterior, cuando Jarvis se había reunido con Diet, éste fue acompañado de un agente que alegaba ser de la DINA, Eduardo Garea. Aunque Garea decía tener información sobre la identidad de Walker, que era una pieza clave en el crimen de Orlando Letelier, Berwart le aclaró a Jarvis que quien poseía realmente esa información era Diet y que Garea era una especie de distracción.
Jarvis informa a su embajador que Diet está ahora "muy asustado", en parte por la publicación de su nombre y su foto y el vínculo con la DINA que la periodista Mónica González había revelado en revista Análisis.
Según Jarvis, Diet aparentemente quería compartir información sobre la DINA y el caso Letelier con Estados Unidos, probablemente a cambio de protección para él y su familia. Jarvis añade: "Le dije a Pablo que siguiera adelante y arreglara otra reunión con Diet y yo escucharía lo que tenía que decir. Espero que Pablo me llame dentro de la próxima semana".
En mayo de 1990 La Época publicó una información donde identificaba a la Liliana Walker como Luisa Mónica Lagos, junto con su testimonio y la ratificación de que había acompañado a Estados Unidos a Armando Fernández Larios para planificar el crimen de Letelier. Su descubrimiento llevaría a la reapertura del caso y la posterior condena de las principales cabezas de la DINA.
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