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Los acontecidos 46 días de Lavín y Délano en prisión

Celebraciones de cumpleaños, encomiendas confiscadas y significativas  lecturas de la biografía de Mandela consumieron las más de seis  semanas de los empresarios en Capitán Yáber.

24Horas.cl TVN

© Agencia Uno

Jueves 23 de abril de 2015

Por Claudia Del Solar Zamora

"Ojalá que Carlos Alberto y Carlos Eugenio se puedan reinsertar y que la sociedad les dé una oportunidad y no los estigmatice", escribió con ironía el actor Ramón Llao en su cuenta de Twitter. La frase expresa bien lo que ha pasado con Lavín y Délano tras 46  días en Capitán Yáber: en el imaginario colectivo han devenido, de poderosos empresarios, en simples infractores de la ley o en "chivos expiatorios", como los considera su íntimo amigo, el arquitecto Cristián Bozza.

"Serenos, casi alegres, con la sensación de que lo peor ya había pasado", dice que los vio cada vez que los visitó su amigo y ex senador RN Ignacio Pérez Walker en "La Segunda".  Y en una frase que pudo resultar algo equívoca, dijo que Délano   incluso daba  gracias a Dios "porque había tenido los recursos suficientes para ayudar a los que lo necesitan".

A ambos los vio mucho mejor que en los días anteriores, cuando Délano, frente a la incertidumbre de ir o no a prisión, había vuelto al poco saludable hábito de fumar. Una vez en el anexo penitenciario, ambos abusaron de un hábito más saludable: leer, desde las miles de fojas  del caso Penta hasta las decenas de páginas de la biografía del líder sudafricano Nelson Mandela, injustamente encarcelado durante 27 años.

De sus amplias casas en el sector alto de Santiago, ambos pasaron a compartir una estrecha celda con su empleado Marcos Castro, el ex gerente de contabilidad del holding. De recibir en sus casas habitualmente a decenas de visitas, tuvieron que enrolar a sus esposas, hijos, nietos y amigos en los registros de Gendarmería para poder verlos martes y domingo en la mañana y jueves en la tarde.

Su rutina diaria ya ha sido suficientemente descrita. En las mañanas se levantaban a los 8, aseaban sus habitaciones -que tenían dos camarotes y cero ventanas- y tomaban una colación; el almuerzo era a las 13, una breve hora de patio y la comida a las 16. Disponían de una sala común y un baño, también común. Una mesa de pool que estaba antes de su ingreso al penal fue retirada por gendarmería cuando ellos llegaron. El patio podía ser usado hasta las 21 horas, dado el buen tiempo del verano.

Entre otros detenidos de alto perfil estaban el ex presidente interino de la Comisión Nacional de Acreditación, Luis Eugenio Díaz, condenado por corrupción; Jorge Tocornal, por abusos sexuales, y Luis Miguel Casado, por estafa.

El espacio, según quienes los visitaron, no era mucho, por lo que toparse con el ex subsecretario Pablo Wagner no era raro, aunque él estaba en otra celda. No debe haber sido muy cómodo porque de él, en su declaración judicial que recogió "La Tercera", Lavín describió los dineros que se le pagaron en cuotas bimensuales, y que Wagner consideraba el justo pago de su indemnización, como una "gauchada" después de que el flamante subsecretario de Minería se quejara porque su cargo público le iba a reducir el sueldo. También dijo que el tema de los dineros adeudados lo tenía "un poquito saturado" y que Wagner hizo varios intentos de congraciarse con él contándole información que finalmente era irrelevante, para luego hablarle de los 92 millones que supuestamente le debían.

Rancho fiscal

El primer día de visita, las esposas de ambos empresarios, Verónica Méndez de Délano y María de la Luz Chadwick de Lavín -quienes figuran con millonarias boletas calificadas como ideológicamente falsas por la Fiscalía- llegaron con maletas con ropa y vistosas bolsas de supermercado con ensaladas, jugos de frutas y mermeladas, todo destinado a complementar o evitar el "rancho fiscal". Pero el 15 de marzo, en un allanamiento a su celda, se encontró en un bolso negro de Lavín un pendrive plateado entre varias tarjetas de visita de su yerno. Suspensión por quince días de recibir encomiendas fue el castigo, todo por infringir el reglamento penitenciario. El pendrive estaba vacío, pero el empresario igual debió quedarse sin diarios, revistas, libros o mudas de ropa adicionales hasta el 4 de abril, cuando terminó la sanción.

El domingo 19 de abril, Lavín cumplió 42 días en prisión y 73 años. Una torta y cosas para comer sirvieron para una pequeña celebración que congregó a amigos, familiares y, seguramente, a solo algunos de los otros reclusos. Un sacerdote aclaró que no se trató de un festejo, sino de una ocasión especial. "No me pidan que esté ahí bailando cueca, si no corresponde", dijo a varios medios.

Después de 46 días, ambos empresarios quedaron con arresto domiciliario total, el que debe ser supervisado por Carabineros. Y en su primer día fuera de la cárcel, Délano recibió de regalo en su domicilio una botella de champagne sin remitente, en la misma jornada en que el SII presentó ante el Octavo Juzgado de Garantía de la Capital una nueva querella criminal en contra de los controladores del Grupo Penta, en lo que se conoce como la arista forward de ese caso. Una noticia que podría devolverlos a Capitán Yáber por un tiempo más.