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Chileno que vivió en Corea del Norte: "Sacan las lucas del opio, hay que decirlo. Es por eso que están locos"

Ramiro Lavín, fotógrafo chileno, dio su testimonio sobre cómo es vivir bajo el régimen de Kim Jong-Un.

24Horas.cl TVN

Jueves 7 de septiembre de 2017

El fotógrafo chileno Ramiro Lavín, que vivió dos años en Corea del Norte, relató su experiencia de vivir bajo el régimen de Kim Jong-Un en el último capítulo de El Informante.

El profesional comenzó explicando que "hablar de Norcorea es entretenido, es un viaje en sí sólo. Todo lo que se dice sobre que no hay perros ni gatos en las calles, es cierto. Nunca vi a alguien en silla de ruedas, a un mendigo, una mujer embarazada, por ejemplo. Es rato para un país de 27 millones de habitantes. En la plaza de armas de Pyongyang no hay palomas. Lo único que hay son mosquitos, no tienen control de plagas".

"Yo viví en un área diplomática, donde había de todo: un colegio, supermercado, hospital, peluquería... todo con el fin de que los extranjeros saliéramos lo menos posible al Pyongyang de verdad. Son bien precarios, no hay muchas cosas", agregó.

"Siempre fue un mito para nosotros saber cómo se calefaccionaban estas personas. No hay gas, carbón o parafina (...) Nunca vi gente obesa. los gorditos son gente millonaria. Hay mucha desnutrición. Cuando me visitó mi papá, que es un poco gordito, se sacaban fotos con él", añadió.

"No teníamos mucha libertad, siempre había que pedir un permiso especial para salir. Siempre lo daban, pero iban dos oficiales con nosotros. Dos porque también se vigilaban entre ellos", sostuvo.

"Un coreano común ve 300 veces la imagen de los líderes: las tienen en su casa y están en la ciudad, en todos lados", destacó.

 

Luego, el fotógrafo aseveró que "ellos tienen un libro que es como el Corán árabe. Tienen que leerlo con esa devoción, lo estudian y lo estudian. Además, ellos se creen superiores, miran con desprecio a los otros países. Se creen una raza superior y lo quieren enseñar desde que son chiquititos".

"Yo sufrí bastante xenofobia. No son simpáticos ni mucho menos. En los juegos de los niños en colegios no había resbalines, había escaleras como para entrenar soldados y murallas para escalar. El libro de matemáticas de un niño allá es 'tres tanques más tres metralletas es igual a seis americanos muertos'", añadió.

"La mujer en Corea del Norte vale absolutamente nada. Si a una familia le nace una mujer es como lo peor que les puede pasar. Y la familia va a ser numerosa porque van a buscar tener un hombre. La mujer hacen el trabajo duro, no pueden andar en bicicleta... tienen muy poco poder", agregó.

"Allá no tienen luz, pero para el cumpleaños del líder se prende la ciudad. Y esperan ese día para ver cómo es su ciudad con luz", destacó.

Más tarde, Lavín acotó que "los desertores tienen miedo y saben lo que les va a pasar. Va a pagar caro y toda su familia también, porque según los coreanos es la sangre la que está mala. Los ponen a todos en un campo de concentración, allá no hay cárceles".

Finalmente, el chileno destacó que "Corea del Norte saca las lucas del opio, hay que decirlo. Es por eso que están locos".