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El Informante: Debate sobre la tensión internacional tras pruebas nucleares de Corea del Norte

El fotógrafo chileno Ramiro Lavín, quien vivió en Norcorea, dio su testimonio de cómo es el régimen de Kim Jong-Un.

24Horas.cl TVN

Jueves 7 de septiembre de 2017

En un nuevo capítulo de El Informante, se debatió sobre la tensión internacional provocada por las pruebas nucleares de Corea del Norte. El fotógrafo chileno Ramiro Lavín, quien vivió en Norcorea, dio su testimonio de cómo es el régimen de Kim Jong-Un.

Además, el panel compuesto por Rodrigo Álvarez, coordinador del Centro de Estudios Coreanos de la Usach, y por los analistas internacionales Guido Larsson y Samuel Fernández, abordaron las acciones diplomáticas que podría generar la comunidad internacional en la tensión con Norcorea, las características del régimen y si es posible que esto desencadene una guerra nuclear.

Profundo análisis a Corea del Norte

Larson comenzó explicando que "siempre la guerra nuclear es un tema para preocuparse, no algo para tomarse livianamente. Pero viendo imágenes y comentarios, me gustaría poner cierto grado de moderación. La guerra no es una decisión que se toma a la ligera, menos la guerra nuclear porque hay mucho en juego. Desatar una guerra en la región puede significar cientos de miles de muertos en las primeras horas. Soy de la idea de que es extremadamente baja la probabilidad de guerra en la península coreana porque los riesgos son demasiado altos".

"Corea tiene muchos objetivos, pero uno de ellos es tratar de aminorar la posición norteamericana en la región y tratar de afectar su relación con sus aliados, en particular con Corea del Sur (...) Estados Unidos no sacrificaría una ciudad propia con tal de ir a la ayuda de un aliado, lo que genera la incertidumbre de surcorea".

"Los intereses de China están en la mantención del régimen norcoreano", destacó.

 

Al respecto, Fernández aseveró que "además hay un factor que a veces no se considera: cuál es la mentalidad que prima en estos líderes, de un norcoreano. Desde el punto de vista occidental, la amenaza de Kim Jong-Un es clara para todas las grandes potencias. Pero, ¿va a actuar o no? Muchos lo ven como algo suicida. Él tira la bomba pero la tiran 10 a él. Hay mucho de sentirse Dios.

"El escenario mundial cambió con la aparición de las nuevas bombas de Corea del Norte, las que son un elemento de negociación, de presión. No creo que las use porque ya está obteniendo presión sin usar nada", agregó.

"Tenemos a un Donald Trump entrampado, no sabe si tener diálogos o apretar el botón", agregó.

 

Álvarez agregó que "yo sostengo que es un cambio. Se ha cerrado un ciclo con la última detonación. No es que el objetivo fundamental sea utilizar las armas hoy o mañana. No hay que olvidar que los programas nucleares y de misiles, sobre todo este último, no está terminado. Aún no alcanza el nivel de perfección y exactitud para que sea utilizado como tal".

"El objetivo de Corea del Norte es la capacidad de negociar su propia sobrevivencia", añadió.

Testimonio de un chileno en Norcorea

El fotógrafo chileno Ramiro Lavín, que vivió dos años en Corea del Norte, relató su experiencia de vivir bajo el régimen de Kim Jong-Un. "Hablar de Norcorea es entretenido, es un viaje en sí sólo. Todo lo que se dice sobre que no hay perros ni gatos en las calles, es cierto. Nunca vi a alguien en silla de ruedas, a un mendigo, una mujer embarazada, por ejemplo. Es rato para un país de 27 millones de habitantes. En la plaza de armas de Pyongyang no hay palomas. Lo único que hay son mosquitos, no tienen control de plagas".

"Yo viví en un área diplomática, donde había de todo: un colegio, supermercado, hospital, peluquería... todo con el fin de que los extranjeros saliéramos lo menos posible al Pyongyang de verdad. Son bien precarios, no hay muchas cosas", agregó.

"Siempre fue un mito para nosotros saber cómo se calefaccionaban estas personas. No hay gas, carbón o parafina (...) Nunca vi gente obesa. los gorditos son gente millonaria. Hay mucha desnutrición. Cuando me visitó mi papá, que es un poco gordito, se sacaban fotos con él", añadió.

"No teníamos mucha libertad, siempre había que pedir un permiso especial para salir. Siempre lo daban, pero iban dos oficiales con nosotros. Dos porque también se vigilaban entre ellos", sostuvo.

"Un coreano común ve 300 veces la imagen de los líderes: las tienen en su casa y están en la ciudad, en todos lados", destacó.

Luego, el fotógrafo aseveró que "ellos tienen un libro que es como el Corán árabe. Tienen que leerlo con esa devoción, lo estudian y lo estudian. Además, ellos se creen superiores, miran con desprecio a los otros países. Se creen una raza superior y lo quieren enseñar desde que son chiquititos".

"Yo sufrí bastante xenofobia. No son simpáticos ni mucho menos. En los juegos de los niños en colegios no había resbalines, había escaleras como para entrenar soldados y murallas para escalar. El libro de matemáticas de un niño allá es 'tres tanques más tres metralletas es igual a seis americanos muertos'", añadió.

"La mujer en Corea del Norte vale absolutamente nada. Si a una familia le nace una mujer es como lo peor que les puede pasar. Y la familia va a ser numerosa porque van a buscar tener un hombre. La mujer hacen el trabajo duro, no pueden andar en bicicleta... tienen muy poco poder", agregó.

"Allá no tienen luz, pero para el cumpleaños del líder se prende la ciudad. Y esperan ese día para ver cómo es su ciudad con luz", destacó.

Más tarde, Lavín acotó que "los desertores tienen miedo y saben lo que les va a pasar. Va a pagar caro y toda su familia también, porque según los coreanos es la sangre la que está mala. Los ponen a todos en un campo de concentración, allá no hay cárceles".

Finalmente, el chileno destacó que "Corea del Norte saca las lucas del opio, hay que decirlo. Es por eso que están locos".

 

Revisa el capítulo completo.