En una semana marcada por la fugaz visita de Michelle Bachelet a nuestro país, la visita del Presidente Piñera a Ercilla y la derrota de Chile ante Argentina, el escándalo de la PDI donde se detuvieron 10 funcionarios por redes de corrupción se alzó como uno de los temas que marcó sin duda la agenda noticiosa de la semana y causó un gran impacto en la población.
El abogado Patricio Dussaillant expresó que esta situación es grave, pero a la vez habla de un país "ingenuo" en materia del narcotráfico. "Yo creo que es una señal bastante potente, yo quiero que se quede como un tema que tiene que preocuparle a los políticos".
En el fondo, existiría un intento por parte de los políticos por minimizar este tipo de situaciones, amparándose en las cifras de 2011, que indican que la corrupción de la policía en Chile alcanzan son del orden del 0,02%. A pesar de estas cifras, es necesario tener en cuenta que es un tema latente, "y debemos dejar de mirar a otros países como Colombia en este tema".
Por su parte, el economista Guillermo Larraín entiende lo sucedido con el PDI como "una señal de alerta", pues la policía se encuentra en constante comunicación con redes de drogas que "pretenden corromper a la policía".
El abogado Luis Felipe Merino indicó que desde hace mucho tiempo "los policías corruptos existen por la propia naturaleza de la actividad". A pesar de esto, está claro que el sistema de control al interior de la policía "fracasó", debido a que se trata de diez funcionarios y que la corrupción develada "no se incubó en un día".
Otro de los factores que han incidido en la corrupción policial es la imposibilidad de quemar la droga en los hornos, debido a que existe restricción ambiental. Situación que a juicio del economista Larraín, se trata de una muy mala decisión.