En viejas casonas y cités viven muchas familias chilenas y extranjeras hacinadas y bajo un constante riesgo: sus instalaciones eléctricas están a punto de colapsar.
Alto sobreconsumo, instalaciones hechizas y una nula mantención del sistema eléctrico son parte de los problemas que no se fiscalizan, pese a que pagan un alto arriendo.
Sólo en la comuna de Santiago hay 587 cités, la mayoría en mal estado.
Durante 2014 hubo 53 incendios en este tipo de propiedades y aunque no hay una cifra oficial a nivel país, se estima que en la región Metropolitana hay más de 2.500 cités y “casas colectivas”.
El riesgo no afecta sólo a los residentes, pues cuadras completas podrían quemarse sólo por una mala instalación eléctrica. Un temor que los vecinos viven día a día.
La SEC sólo controla a partir de denuncias recibidas, aunque la legislación es clara y obliga a los propietarios a preocuparse de las instalaciones eléctricas.
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