Decenas son los casos de niños que deben vivir conectados a máquinas, financiadas por las isapres, para mantenerse con vida.
Sin embargo, son estas entidades que gracias a un recurso pueden desafiliar a estos niños al catalogar sus enfermedades como 'crónicos', con lo que quedan sin la cobertura.
Sus familias deben así luchar para poder costear los tratamientos, los que muchas veces requieren de pagos millonarios, los que son muy difíciles de sobrellevar.
Esto No Tiene Nombre te muestra cómo estas familias han golpeado puertas para poder salir adelante, y no tener que resignar la salud de sus hijos por dinero.