Rodrigo Mardones es médico cirujano, científico y empresario. Actualmente se dedica a la biotecnología y al resguardo de células madres, pero además, su rubro se amplía a la nutrición, minería, inmuebles, finanzas y gastronomía.
Cuenta que su interés comercial nació para resguardar su futuro, ante una eventualidad complicación que le impidiera seguir siendo médico y también, porque a su juicio, notaba que los antiguos profesionales de la medicina, no tenían una vejez confortable. Luego, con su pasantía en Estados Unidos decidió indagar en esta área de la medicina. “Comencé a buscar algo que me diera una tranquilidad en caso de que me pasara algo”, advirtió.
Mardones cuenta que la preservación de células madres a la que se dedica, no son las células embrionarias capaz de crear un individuo, sino que a un trabajo denominado terapia autóloga, que consiste en regenerar las propias células donde están dañadas, para que el tejido se expanda.
Debido a que la calidad de las células madres cambian y se deterioran con el paso del tiempo, también se innova en la terapia heteróloga, donde en vez de usar sus propias células, se extrae de otra persona, con un casi nulo porcentaje de rechazo.
La extracción de estas células tiene un costo aproximado que supera los dos millones de pesos y guardarlas, un valor aproximado de 100 mil pesos anuales. Con la grasa, también se puede realizar un procedimiento similar, donde los costos se mantienen.
El emprendimiento de este negocio de biomedicina comenzó con una postulación a un proyecto de innovación Corfo y actualmente tiene alrededor de 15 clientes.
Bioscell desarrolla productos propios, que es trabajo con plaquetas y concentrado de células madres. “Tenemos expertos en distintas áreas, oímos ideas y asesoramos en biotecnología”, añade el empresario y médico cirujano.