Con un formato que impacta con su diseño y monta un motor V8 de 6,3 litros, convirtiéndolo en unos de los autos de producción más potentes del mercado, consiguiendo un registro de 3,7 segundos, 0 a 100 kilómetros por hora y una velocidad máxima de 320 kilómetros por hora.
En su rodado un compás muy por encima de lo normal donde la intensidad del motor, cambia su tono. Su volumen es muy potente, dejando en evidencia su jerarquía.
Un auto de competición alemán, donde se traspasó la tecnología autos de carrera a los de series, siendo un éxito de ventas en todo el mundo.
Así también y para remontar al primer diseño de este modelo, un SL300 de 1954, el museo de Jedimar, una tradición del automóvil, muestra en un ejemplar de la época.
“Cualquier coleccionista de autos sueña con un tener un alas de gaviota”, añade Jesús Diez Martínez, el director del museo.
Y haciendo referencia al primero en este diseño, agrega: “Técnicamente es un auto muy avanzado, con 300 SL sport light, chasis tubular que sólo pesa 51 kilos y que no funcionaban las puertas normales (…) Es el único auto QP es más valioso que el convertible”.
El primer Alas de Gaviota alcanzaba los 100 kilómetros en 8,2 segundos y se lanzó en 1954 en el Salón Internacional del Auto en New York.