El autor del libro “Llegar y llevar – Como se fraguó la estafa del siglo” sobre el caso La Polar, Hugo Traslaviña nos cuenta su investigación y lo que descubrió del polémico caso de repactaciones que afecto al mundo del retail.
Traslaviña indica que las repactaciones comenzaron desde los call center, donde un funcionario que estaba “atrasado” en su producción se apuró realizando la práctica sigilosamente. Se dio cuenta que funcionaba y que los clientes no se daban cuenta. El jefe descubrió la situación y en vez de amonestarlo, “la encontró buena”.
El autor, quien comenzó meses después del destape su investigación, comenta que la mala práctica fue perfeccionada por la compañía. Partió desde un trabajador pequeño y fue aumentando en el curso. La empresa solicitó la creación de un software que repactaba automáticamente a los usuarios. “En una noche 30 mil o 40 mil clientes”, eran repactados sin que se supiera, abaratando los costos que significa mantener un call center.
Además indica que en el caso si hay responsables directos. Definiendo que Pablo Alcalde estuvo desde el principio cuando se rescató a la empresa, hasta que se descubrieron sus hechos fraudulentos.
En tanto, Bárbara Salinas abogada de los accionistas minoritarios de La Polar, nos indica que este caso es una gran estafa social y que sus 10 mil representados son víctimas de aquellas malas prácticas.
Explica que el concepto de “accionistas minoritarios” se entiende como personas comunes, dueñas de casas, pequeños empresarios y otros que han utilizado sus acciones como un método de ahorro.
Salinas insiste en que sus representados son parte de los afectados, pues quienes fueron repactados han logrado solucionar el problema de sus deudas, mientras que los accionistas minoritarios han tenido que asumir sus pérdidas sin la indemnización correspondiente. A su vez, anunció que presentarán una demanda civil.