Con un promedio de precios de $825 en los 93 octanos; $850, en los 95 y $886, en los 97 octanos, las bencinas continúan subiendo aceleradamente y sin descensos considerables que mitiguen el efecto final, perjudicando con ello a gran parte de la población de clase media.
El presidente de los distribuidores de combustibles, Adico, Fernando Rodríguez, asegura que “para la próximos días tendremos una baja en el precios del combustible, porque el precio se está estabilizando afuera, pero todo eso depende del dólar aquí”. Sin embargo agrega que “el combustible como producto no es tan caro, si vemos un precio de $850 de gasolina, promedio, y le sacamos los impuestos, llegamos a $510 pesos”.
Según explicó el presidente de Adico, entre $5 a $12 por litro es lo que ganan las franquicias, es decir, por un estanque lleno se obtienen, en promedio, $500.
En tanto, el economista Alejandro Alarcón argumenta: “Hay una parte importante de la inflación por la energía y los vegetales (…) y en este momento, ya sabemos que la inflación de agosto será de 0,4 y, 0,2 es por los combustibles” y sentencia: “A estas alturas las autoridades deben hacer algo”.
En el impuesto específico $100 de cada $28 pesos va a este fin. A ello, Rodríguez advierte que “el impuesto de las gasolinas lo paga una porción chica que son los automovilista bencineros" y asevera: “El impuesto no hay que quitarlo, hay que rebajarlo”.
Así también, el economista explica el objetivo del polémico impuesto, remarcando que éste tiene una finalidad de equidad y eficiencia, sin embargo, asegura que “a los ricos los estaría beneficiando la eliminación del impuesto con dos o tres autos” y analiza: “Hay familias completas que viven fuera de la ciudad y no pueden sacar el auto porque no les alcanza el presupuesto para la bencina”.
Finalmente Alarcón concluye: “Se requiere una solución de fondo”, y ejemplifica con que Perú crecerá más que Chile, sólo porque sus costos de energía son más bajos. “Las autoridades tienen que tomar el toro por las astas”, decretó.