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Magallanes: ¿Dónde quedó el sueño?

Podría decirse que son una raza en extinción. Los cambios de política dentro de la institución han alejado a potenciales postulantes. Las rutinas juveniles también le hacen un flaco favor a un apostolado que en Magallanes conjuga voluntarios, años y canas. Es la realidad de los cuerpos de bomberos que envejecen sin un cambio generacional que le suceda.

Centro Regional Austral

Miércoles 8 de enero de 2014

No son muchos los jóvenes que en este último tiempo han continuado con este sueño de niñez.  Ser parte de esos hombres y mujeres que al sonido de una sirena se convierten en héroes

En Punta Arenas y en Chile, esta institución pretende buscar la forma de encantarlos  con esta vocación, que si bien está muy presente en nuestra sociedad, está envejeciendo.

Es tema de conversación en las noches de guardia y en las tardes de encuentro. Sumar a nuevos voluntarios que se especialicen en colaborar cuando alguien los necesite.

Para algunos, el poco interés de los jóvenes en sumarse a bomberos, se entiende por las distracciones de esta  época, el internet por ejemplo. Para otros, la posibilidad de realizar  cursos superiores,  los deja sin tiempo para comprometerse con el voluntariado.

Años atrás no era necesario tener 18 años para ser parte de los bomberos activos. Ahora, con menos de esa edad, un voluntario sólo puede ser brigadista.  No pueden ir a incendios y sólo deben colaborar en temas de oficina y prepararse para lo que vendrá en el futuro. Para aquellos voluntarios experimentados, que son bomberos desde niños, este también es un factor que incide. Un joven a los 18 años ya encontró alguna otra vocación.

Pese a todos los inconvenientes, no queda la menor duda que se trata de hombres y mujeres felices de servir. No queda más que alentar a aquellos que en la duda, aún no pisan un cuartel de bomberos, para que así sean muchos más los que trabajen por ser voluntarios profesionales, al servicio de otros.