Si mencionamos el Parque Nacional Torres del Paine inmediatamente nuestra mente nos lleva a esos eternos circuitos que se cubren a pie.
Pero lo que muchos no saben es que en la Octava Maravilla del Mundo cada año se realiza una carrera federada, que pone a prueba la resistencia del caballo y la habilidad del jinete.
Es el “Enduro ecuestre”. Competencia que contempla circuitos de 20, 40, 80 y 120 kilómetros de recorrido por parajes incomparables.
Jinetes de distintas partes del país, muchos de Magallanes, un puñado de niños y jueces expertos, son protagonistas de esta competencia ya típica de estas latitudes.
Es un día de deporte pero a los competidores que llegan hasta Magallanes los despiden como corresponde. Claro que esta vez se innovó y aquí recurrieron a una antigua receta del pueblo de Rere para acompañar con Estofado de San Juan, al típico asado al palo.
Independiente de los resultados, el “Enduro ecuestre” comienza a surgir como otra alternativa para conocer y disfrutar esos rincones de difícil acceso que dan identidad a la Octava Maravilla del Mundo.